Los problemas laborales se acumulan para la plantilla del grupo Konecta en Avilés. Si esta semana casi una treintena de trabajadores con contrato de obra y servicio confirmaban su esperanza en para a ser fijos en un plazo máximo de diez días, en cumplimiento de una reciente sentencia de la Audiencia Nacional en la que se rechaza los contratos temporales ligados a subcontratas, ayer mismo se conocía la intención de reclamar, vía judicial, que se dé cumplimiento a ese fallo. En su argumentación, la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional señala que, en el sector de ventas telefónicas, “el objeto de la contrata es, precisamente, la actividad ordinaria, regular y básica de la empresa”. “Seguimos adelante con ello”, subrayó un portavoz del órgano de representación de los trabajadores.

En tanto se resuelve esa ejecución de sentencia, trabajadores del centro de Konecta en Avilés han comenzado a ser sondeados, explicó un portavoz de la plantilla, “para pactar su despido; lo hacen cada dos años. Al final estamos hablando de un ERE encubierto, es un fraude de ley”, señalan las mismas fuentes. Y añaden que quienes reciben la llamada de la empresa, si aceptan la propuesta se cese eso desemboca en que “baja el porcentaje de despidos para considerarlo como tal y hacer que acabe siendo un despido nulo”.

Esta última problemática afecta a los trabajadores del departamento Kmobility, en el que suelen reubicar al personal con mucha antigüedad o de más edad, a quienes ya no se les asigna a una campaña concretar de la empresa sino que “están constantemente haciendo cursos, a la espera de si les reubican o no, en otras campañas”. Este departamento, añaden, suele ser la antesala a un despido por bajo rendimiento a los pocos meses”. Y a él están asignados seis trabajadores de Avilés que recibieron la propuesta, vía telefónica, para activar su cese voluntario.