De una patada destrozaron el pasado fin de semana uno de los vidrios de la marquesina de los autobuses del Carbayedo, la que está junto a la escultura del tratante de Favila, en pleno parque avilesino. Según los testigos, “fue un tío que llegó allí y le dio un patadón: así de simple”. El vándalo lo hizo añicos e inmediatamente los servicios de limpieza acudieron al lugar para limpiar los restos de los destrozos.

“Lo dejaron todo como los chorros del oro, pero no apareció un poli por aquí”, se lamentó el mismo vecino. El cristal todavía no ha sido repuesto y eso que han transcurrido cinco días desde el acto vandálico. La zona en que se produjo el destrozo es una de las zonas que a lo largo de este verano se ha convertido en uno de los espacios predilectos para la celebración de botellones.

Los hosteleros se han lamentado en repetidas ocasiones que los que eligen beber en los parques lo hacen llevándose de sus terrazas su mobiliario correspondiente. “Los domingos, a la hora del vermú, tenemos que dedicarnos a recoger las sillas perdidas por medio del parque”, aseguraron. La celebración de botellones en el Carbayedo cada fin de semana se ha convertido ya en tradición”.