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Asturias se entrena para las catástrofes

El Servicio de Emergencias del Principado y el aeropuerto ensayan su respuesta ante el hipotético accidente de un avión

Un imaginario accidente de avión pone a prueba la capacidad de respuesta de las emergencias asturianas

Un imaginario accidente de avión pone a prueba la capacidad de respuesta de las emergencias asturianas Mara Villamuza

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Un imaginario accidente de avión pone a prueba la capacidad de respuesta de las emergencias asturianas Nel Oliveira

Un accidente de avión –afortunadamente ficticio– disparó ayer las pulsaciones en la localidad de La Braña (Castrillón). Un total de 130 efectivos de la Guardia Civil, la Policía Local, el SAMU y Bomberos de Asturias, entre otros, participaron en un simulacro de catástrofe aérea con cuatro heridos, tres fallecidos y seis desaparecidos.

El humo de un fuego intencionado activó la alarma para el rápido despliegue de todo el personal –a cargo de sus mandos– que se coordinó desde el Puesto de Mando Avanzado (PMA) situado en el lugar. Tras el correspondiente aviso por radio, los primeros en personarse en la zona fueron agentes de la Policía Local de Castrillón, seguidos de los de la Guardia Civil. A la espera de la llegada de ambulancias, UVI móvil y personal de Bomberos de Asturias, fueron acordonando la zona para evitar la entrada de curiosos.

Estos últimos –muchos de ellos desconocedores de la actividad que el Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) estaba llevando a cabo– quedaron atónitos ante semejante despliegue policial y sanitario. “No sé qué habrá pasado”, murmuraba una pareja desconcertada que paseaba por la zona mientras era desplazada a un lugar “seguro” por la policía. Desde vecinos hasta ciclistas. Todo el que no sabía lo que allí se cocía quedó a mirar un rato por curiosidad.

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Simulacro en Castrillón Mara VIllamuza

Cumpliendo a rajatabla con lo que establecen los protocolos en la materia, llegó el momento de que entrase en escena un helicóptero medicalizado de la Guardia Civil en busca aérea de desaparecidos, heridos o cadáveres, ayudado a su vez por las imágenes que iba captando un dron.

El servicio cinológico de la Guardia Civil realizó labores de rastreo en el lugar donde supuestamente se había estrellado un avión. Por su parte, varios bomberos y sanitarios procedieron al socorro de los supuestos afectados por el accidente aéreo. Mientras las labores de auxilio y asistencia se desarrollaban, varios técnicos de emergencias procedieron a levantar un puesto provisional para la labor de los forenses allí personados.

Miguel Pérez, jefe del área de Bomberos, valoró la importancia de que este tipo de simulacros se realicen periódicamente “para conseguir la máxima coordinación futura ante cualquier emergencia de este tipo u otras”. Respecto al ámbito sanitario, el responsable de catástrofes del SAMU, Rafael Castro, también aseguró que es fundamental “integrarse en la estructura general de respuesta junto al resto de intervinientes”. Beatriz Terrón, brigada de la Guardia Civil, explicó las labores del cuerpo en estos siniestros: precintado de la zona, triaje de heridos y su posterior evacuación, entre otras.

Esta actuación formó parte de la colaboración periódica conjunta que el SEPA y el Aeropuerto de Asturias realizan para entrenar su respuesta en caso de grandes emergencias. Según celebraron los mandatarios de las unidades desplegadas todo salió tal y como estaba previsto. Por tanto, Asturias está preparada para una hipotética catástrofe que en el mejor de los casos nunca llegará.

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