Gozón se ha convertido estos días en la meca de los amantes de las aves. Ornitólogos de todo el país e incluso del extranjero se han trasladado a la costa de la comarca avilesina al trascender que dos búhos nivales, propios de latitudes árticas, se han refugiado en la costa gozoniega. Su avistamiento es “la noticia del año” para los aficionados a la ornitología. Fueron más de un centenar los aficionados que tomaron el domingo la localidad de Verdicio, donde uno de los ejemplares se posó en varios tejados. Y ayer seguían llegando atraídos por el descubrimiento. A primera hora, decenas de ellos peinaban la costa gozoniega, organizados por las redes sociales, en busca de los dos ejemplares vistos en los últimos días. Gallegos, madrileños, vascos, catalanes, andaluces y hasta extranjeros han viajado a la comarca avilesina atraídos por el “búho de Harry Potter”.

Arriba, Joaquín García de los Ríos, Félix Arribas y Joan Ximenis, en Verdicio. A la izquierda, un aficionado a las aves, en Peñas. | Ricardo Solís

“Me enteré ayer del avistamiento por un grupo de aficionados y hoy tire para acá. Ha venido gente de toda España, hasta uno de Cádiz. Es que es algo nunca visto, y hay dos ejemplares distintos. Hemos creado un grupo de whatsApp para organizarnos y estamos peinando cada tejado, cada matorral... Unos están por el borde de los acantilados, otros por el campo”, explicó José Luis Lorenzo, ‘Colón’, recién llegado de Cangas de Morrazo. Los que llegaron ayer a la costa gozoniega reconocían su arrepentimiento por no haber cogido el petate en cuanto se enteraron de la noticia. Los búhos de Gozón estuvieron el domingo en varios momentos a tiro de los objetivos. Localizarlos ayer era como buscar una aguja en un pajar. “Estamos arrepentidos por no haber venido ayer. Es la primera observación de esta especie en España y creemos que también en la Península Ibérica”, comentaba el grupo formado por Joan Ximenis, Joaquín García de los Ríos y Félix Arribas, que partieron de Madrid a las tres de la madrugada para llegar a Verdicio con el alba.

Los búhos del Ártico atraen a ornitólogos de todo el país: “Es flipante”

“Estas cosas hay que hacerlas al momento. Es la primera regla de tres de esto”, señaló un también arrepentido Koldo Lizundia, vecino de Zarautz. “Yo creo que ya se ha ido lejos, seguro que para el Oeste. Tenía que haber venido ya ayer, cuando me llegó la noticia, pero justo acababa de volver de una ruta en lancha y mi mujer me dijo que descansara. Hemos llegado a las siete de la mañana”, añadió.

A la caza fotográfica de los búhos de las nieves acuden también los de casa. “Es un acontecimiento flipante. Solemos salir a ver fauna. Ayer (por el domingo) fuimos a Tarna y cuando llegamos a casa descubrimos que teníamos esto al lado de casa. Hoy solo hemos visto gaviotas y cormoranes”, explicó la pareja avilesina formada por Daniel Fines y Nuria López, aficionados a la fotografía de naturaleza que acudieron también a Verdicio y a Peñas en busca de suerte.

“Esto es algo muy especial. Es increíble la cantidad de gente que ha venido. Suelo ir a Andújar a ver el lince y lo que hay aquí estos días no lo he visto allí. Hay gente desperdigada desde Moniello hasta Verdicio, por toda la rasa costera”, expuso el ovetense Manuel Fernández en Peñas, prismáticos en mano.

Armando Clemente, madrileño afincado de Avilés desde hace dos años, lleva dos días intentando “cazar” con su objetivo al búho de Harry Potter. “Ayer (por el domingo) también vine a Peñas y no me enteré hasta las ocho de la tarde, cuando llegué a casa, de que lo habían visto en Verdicio. Es una rabia tremenda”, reconoció este amante de las aves rapaces.

Los búhos de las nieves de Gozón llevan varios días por la comarca. El sábado ya fue visto uno de los ejemplares en los acantilados de Peñas. El alcalde del concejo, Jorge Suárez, fue uno de los primeros en avistarlo: “Iba de paseo con mi mujer y nos llamó la atención por el plumaje y porque era como el de Harry Potter”.

El avistamiento de estos ejemplares es todo un acontecimiento. El búho nival (“Bubo Scandiacus”), ave oficial de la provincia canadiense de Quebec, es como un santo grial para los ornitólogos. El pájaro que los amantes de las aves sueñan con ver al menos una vez en la vida se pasea estos días por la costa gozoniega, en latitudes bien distintas a lo habitual.