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Castrillón amplía cinco días el plazo para dar con una empresa que restaure la “Rojillín”

Un fallo informático ha obligado a alargar las fechas del proceso de negociado sin publicidad abierto para conservar la histórica locomotora

La locomotora “Rojillín”. | Miki López

Al Ayuntamiento de Castrillón les está costando un triunfo llevar a término el proyecto para restaurar la locomotora “Rojillín”, una pieza ligada a la historia industrial del concejo y un tesoro ferroviario tanto por su antigüedad como por el hecho de haber conseguido llegar de una pieza al presente. Las vicisitudes surgidas en el proceso administrativo para adjudicar el trabajo de conservación han generado numerosos retrasos y cuando todo parecía apuntar a un final feliz, con la resolución ayer mismo del proceso de negociado sin publicidad abierto expresamente para hacer ese trabajo, ha surgido un nuevo contratiempo: un fallo informático detectado en la pasarela “online” del Ayuntamiento obliga a ampliar unos días el plazo para que posibles candidatas a hacer el trabajo oficialicen sus propuestas. Al menos, esto es lo que explicó la edil Mar González Iglesias, concejala delegada de Turismo y Dinamización Económica: “Vamos a ampliar el plazo que acababa hoy (por ayer) hasta el 1 de diciembre debido a las incidencias técnicas detectadas”.

El Ayuntamiento castrillonense mantiene la confianza en que, como se suele decir, a la tercera vaya la vencida. Y es que tras dos licitaciones fallidas (en una de ellas la empresa ganadora no pudo completar toda la documentación requerida y la otra quedó desierta), el Consistorio inició un procedimiento de negociado sin publicidad. “Es la última baza”, aseguró Mar González Iglesias al anunciar el procedimiento que ahora debe ser alargado unos días.

De no conseguir quien que se haga cargo de los trabajos –valorados en 59.548,86 euros– el dinero pasaría a formar parte del remanente del Ayuntamiento y habría que volver a sacar las obras a concurso en 2022. “Es complicado encontrar quien se haga cargo de esta encargo porque tienen que ser empresas muy específicas”, comenta González.

La locomotora “Rojillín”, que actualmente se encuentra en la avenida Juan Sitges de Salinas, pasaría a estar situada en la playa de Arnao, junto al Museo de la Mina. Las actuaciones previas a su desplazamiento incluyen su traslado a una nave donde se desmonten todas las piezas para su posterior tratamiento. Estos trabajos pasarían por la eliminación de la corrosión y elementos no originales del vagón, así como la limpieza de piezas mecánicas y reconstrucción de elementos perdidos.

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