El certamen coral “Villa de Avilés” cumplió su 37.º edición, la del retorno a escena tras el parón del covid. Durante la tarde del sábado actuaron cinco corales llegadas a la ciudad de distintos puntos de España: Madrid, León, País Vasco (Leioa, en Vizcaya y Oñate, en Guipúzcoa) y Navarra. “La calidad demostrada ha sido extraordinaria y está in crescendo año tras año”, manifestó ayer José María Vázquez Gavito, representante de la asociación coral.
Tanto es así que el jurado tuvo una deliberación complicada: ayer a medidodía, poco antes de entregar los premios, continuaba el debate. Finalmente, el primer puesto del certamen, dotado con 2.000 euros y trofeo, fue a manos de Leioa Kantika Korala, una agrupación joven a las órdenes de Basilio Astúlez y vinculada al Conservatorio de Leioa que ya tiene, incluso, disco: “Like a rainbow”.
El segundo puesto del “Villa de Avilés” fue para el coro “Ángel Barja” de León, que también se llevó el premio del público y el trofeo “Axuntábanse” a la mejor obra región de origen, con “Fariñona y marañueles”. En total, 1.500 euros. En tercer lugar –750 euros más trofeo de la coral anfitriona, la Avilesina– quedó Ganbara Abesbatza, de Oñate.
“El balance es de diez, muy positivo. Poder celebrar el certamen nos da impulso, además, para poneros ya a organizar la edición número 38”, precisó Gavito, que ensalzó tanto la interpretación de las corales que participaron en el concurso como las que ayer animaron la mañana, todas ellas locales: Amigos de Miranda, la Polifónica del Centro Asturiano y Contracanto. La jornada concluyó, guardando la tradición, con el himno de Asturias, con acompañamiento de gaita y tambor. Luego hubo aplausos para los coros invitados y para los de Avilés.
