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Noelia Rodiles Pianista, debuta esta mañana con la Orquesta Nacional de España

Noelia Rodiles: “Los intérpretes tenemos la obligación de dar a conocer las nuevas composiciones”

“Asturias es el máximo exponente del sinsentido de prohibir a los profesores de Música que den conciertos”, dice la pianista avilesina

Noelia Rodiles y su piano. Michal Novak

La pianista avilesina Noelia Rodiles (1985) debuta este mediodía (12.00 horas) en el auditorio Nacional, en Madrid, con la Orquesta Nacional de España (ONE). Atiende a LA NUEVA ESPAÑA por teléfono.

–¿Debe de molar tocar con la ONE, no?

–Pues hombre, sí, es una experiencia genial. Ha sido una gran oportunidad y ahora que ya he tenido los ensayos con ellos ya puedo decir que es un lujo. Es una orquesta que suena fenomenal y tengo muchas ganas de compartir el concierto con ellos.

–¿Cómo han ido los ensayos?

–Muy bien. Es una orquesta que responde muy rápidamente. Es una orquesta, claro, muy profesional en el sentido de que todo funciona al minuto. Además, han funcionado muy bien con Lucas Macías.

–El director es nuevo, la solista también es nueva.

–Es cierto, tanto Macías como yo debutamos con la ONE. Es verdad que cuando tú llegas las orquestas tienen un carácter definido y el sonido muy hecho. Bueno, es encontrar el equilibrio entre aportar nuevas ideas, pero sin molestar al trabajo que ellos hacen habitualmente, a su forma de hacer. En este caso, Lucas Macías es un director fantástico y ha sabido llevarlo muy bien y yo me he sentido muy cómoda con ellos también.

–Vuelve a tocar el concierto “Emperador”, de Beethoven.

–Sí. Lo había tocado hace algunos años con la orquesta de Düsseldorf. Estrenamos allí, en Alemania, y luego hicimos una gira por España. También lo toqué con algunas otras orquestas. En su momento, lo había tocado bastante, aunque llevo algunos años en que no la interpretaba.

–El año de la pandemia fue el bicentenario de Beethoven.

–Sí, sí. Justo antes de la pandemia hicimos un monográfico de Beethoven con la Sociedad Filarmónica. Fueron tres de sus sonatas.

–De los compositores que ha tocado se queda con Beethoven. ¿No?

–No sabría decirle, pero Beethoven, sin duda, estaría en el top 3 seguro. Él y Schubert. Con el que me encuentro muy a gusto.

–¿Cómo se siente más cómoda: sola o en compañía de otros?

–Todo tiene su encanto, pero también sus dificultades. Tocando sola tienes una libertad total, puedes hacer lo que quieras... Con una orquesta no tienes ese margen, se hace todo muy rápido, pero si se consigue que funcione ese punto de interacción, de transmitir ideas de unos a otros, de pasarse un poco la pelota musicalmente hablando también puede ser maravilloso. Si se consigue esto con setenta personas es alucinante.

–Tiene tres discos donde combina clásicos con autores de hoy mismo. ¿Es su sello particular?

–Hace tiempo que procuro mezclar las dos épocas: el gran repertorio que se ha mantenido a lo largo de los años porque es maravilloso, porque merece estar ahí, porque a todos nos gusta tocarlo y a la gente escucharlo, pero también la nueva creación. Hay muy buena música que se está haciendo hoy en día. Los intérpretes tenemos esa obligación: darla a conocer. Esto que digo en los discos es evidente, pero también en los programas de los conciertos.

–¿Siente que el público sólo quiere a los clásicos o es una percepción mía equivocada?

–En estos conciertos en los que mezclo repertorio he detectado que la música contemporánea también encanta al público. Esto no tiene precio porque, en cierto modo, esto quita prejuicios porque, vale, hay gente que tiene miedo de ir a conciertos con programas actuales porque piensa que no van a disfrutar, porque piensan que es música rara.

–Inauguramos en Avilés este 2022 con un concierto de Año Nuevo.

–Es muy buena noticia: que se haya consolidado el concierto de Año Nuevo y la propia orquesta. Fantástico.

–Se formó en el conservatorio de Avilés. ¿Qué pasa allí, que salen tantos músicos tan bien colocados?

–El conservatorio de Avilés es una cantera de músicos espectacular. Cuando eres pequeña no eres consciente de si tu conservatorio es bueno o regular: estás contenta yendo a tus clases, aprendes mucho, pero tampoco sabes con qué compararlo. Cuando empecé a salir fuera fue cuando descubrí que lo que me habían enseñado estaba muy bien. Me acuerdo de todos los esfuerzos que hizo Chema Martínez con la orquesta, llevándonos a tocar fuera, procurando que consiguiéramos hacer “tablas”, porque se aprende tocando. Este espíritu, por suerte, se está manteniendo.

–Las autoridades educativas asturianas no quieren concertistas que den clase. ¿Qué le parece?

–Tristemente es algo que está sucediendo cada vez más en otras comunidades, pero Asturias es el máximo exponente del sinsentido de prohibir hacer conciertos a los profesores. Un alumno necesita que su profesor sepa lo que es estar en el escenario. En todos los centros musicales europeos exigen que el profesor esté en activo, evidentemente, con las responsabilidades y el orden de clases que haga falta. En un grado superior no es posible que el profesor sea alguien que no toque. Es surrealista. Es urgente que esto cambie.

–Los músicos españoles han podido tocar, aunque con aforos limitados, durante toda esta pandemia.

–En ese sentido, los europeos nos tienen cierta envidia.

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