Las enormes incertidumbres que han generado el incremento de los precios de la energía, de los combustibles, de las materias primas y de los suministros se ven acrecentadas por el conflicto Rusia-Ucrania, por lo que, según los especialistas, este no es el mejor momento para salir a Bolsa. Entre otras cosas, porque hoy por hoy nadie puede asegurar un precio razonable de la acción. Por todo ello, la avilesina Windar Renovables ha echado el freno y aunque mantiene su intención de salir al mercado continuo en el primer semestre del año, de momento sigue sin establecer una fecha.
El mayor temor de la compañía fabricante de torres para aerogeneradores y de subestructuras para la energía eólica marina es el retraso de la multiplicidad de proyectos previstos a nivel mundial, lo que podría ocurrir si se paraliza la economía por un conflicto bélico. “Es poco probable, pero no se puede perder de vista que pueda ocurrir”, señalaron las fuentes consultadas. “Si el conflicto entre Rusia y Ucrania se recrudece puede demorar multitud de proyectos, y eso sí que sería preocupante porque nos afectaría a todos”, añadieron.
Precisamente el pasado mes de diciembre se cumplió el tercer aniversario de la apertura de la primera planta de fabricación en Taganrog en la región rusa de Rostov. La compañía se denomina WindarSeverstal, y está participada en un 51% por Windar Renovables S.A y en un 49% por Severstal PJSC, y fabrica torres de acero para turbinas eólicas. Es el primer fabricante ruso de este tipo de equipos, como parte de un programa gubernamental para desarrollar las energías renovables y crear un nuevo sector de ingeniería de centrales eléctricas de alta tecnología. Según los expertos, un conflicto bélico “no debería afectarle en esta parte de su negocio mundial”.
Windar Renovables sigue adelante con su plan de expansión, confiando en que sigan adelante los proyectos de energía eólica en los que está inmersa la compañía en varias áreas geográficas mundiales. Esta es la prioridad hoy por hoy.
La sociedad tiene todo preparado para convertirse en cotizada, pero el momento actual no es el más propicio porque la enorme volatilidad de diversos factores económicos, incluida la inflación, provoca una enorme incertidumbre que abarca incluso al precio de las acciones porque no se pueden garantizar los resultados empresariales.
Los fabricantes de aerogeneradores coinciden en que la incertidumbre para este ejercicio es superior a la prevista. Según los expertos, las alteraciones de la cadena de suministro, la falta de conexiones a la red e incluso el mal tiempo que pueda afectar a la entrega y puesta en marcha de los equipos, pueden afectar incluso a los resultados financieros de Vestas, el líder mundial en el sector. Además, los tipos de cambio de las divisas también pueden afectar a los resultados.
“Es un momento difícil para invertir, el prestigioso índice de Standard & Poor’s (S&P 500) está fluctuando y cayendo ante las preocupaciones geopolíticas en todo el mundo. Los inversores quieren tener más certezas sobre las políticas monetarias de los bancos centrales, especialmente de la FED, y la psicología del mercado sobre si comprar en la caída o ponerse a la defensiva es el dilema actual”, indicó uno de los especialistas consultados.
Pese a las preocupaciones actuales, las perspectivas entre los expertos apuntan a que “la combinación energética debería cambiar del 80% dependiente de las energías fósiles hacia el 20%, mientras que las energías renovables deben evolucionar desde el 16% actual hacia el 60% en el horizonte del año 2050. Así que, a largo plazo, dada la demanda exponencial de energías renovables, en general se espera que el sector de energías renovables tenga un buen desempeño”.
Windar Renovables, del grupo avilesino Daniel Alonso, ya había pospuesto su salida a Bolsa del último trimestre del año al primer semestre de 2022, a la espera de la firma de varios contratos pendientes de concretar y de la evolución de la renta variable, según confirmaron distintas fuentes.
La valoración del fabricante de torres eólicas en tierra (onshore) y marinas (offshore), además de estructuras soporte de aerogeneradores marinos, oscila entre los 800 y los 1.000 millones de euros, según los cálculos de los analistas cuando se estaba ultimando el proyecto para la salida a Bolsa.
La empresa tiene en la actualidad plantas de fabricación en España (Asturias, Navarra y Andalucía, además de la sociedad con Navantia en Ferrol), India, Brasil, México y Rusia.
