Las tres Cámaras de Comercio de Asturias exigen tanto al gobierno regional como al nacional que, en función de las competencias de cada uno de ellos, adopten medidas "urgentes y extraordinarias igual que se adoptaron para afrontar la pandemia por el covid". Los representantes empresariales rechazaron tanto la huelga del transporte que se inició ayer como las anunciadas para próximos días. "No son el remedio al problema, todavía agravan más la situación para el conjunto de las empresas y de la sociedad", coindicieron, y añadieron que "la industria se verá obligada a parar por el coste de la energía, pero también porque no les llegan materias primas ni pueden expedir sus productos", indicó el presidente de la Cámara de Comercio de Avilés, Luis Noguera. La situación de las empresas es "dramática", aseguran.
"Vivimos tiempos de guerra y nos tenemos que plantear una economía de guerra". Así de rotundo se expresó el presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, Carlos Paniceres, tras la reunión mantenida por los comités ejecutivos de los tres organismos camerales este mediodía en Avilés con carácter extraordinario y urgente para analizar el grave impacto de la guerra de Putin sobre la economía regional y la industria en particular.
"La gravedad de la situación exige tomar medidas urgentes y no retrasarlas más allá de mañana mismo", afirmó Noguera. El vicepresidente de la Cámara de Pedro López Ferrer, señaló que Asturias es la región que más procesos de reconversión ha vivido en las tres últimas décadas. Y la guerra ha venido a complicar todavía más la situación, con una transición energética "que hasta la fecha ha sido poco justa con Asturias".
Las Cámaras de Comercio han elaborado un documento de propuestas que esta tarde entregarán al presidente del Principado, Adrián Barbón, y que también trasladarán a los partidos políticos, proponiendo un "gran pacto de estabilidad".
Las medidas que plantean abarca la necesidad de ayudas a las industrias electrointensivas, desvinculando "de manera inmediata" el precio del gas para el cálculo de la tarifa eléctrica y reducir "de manera extraordinaria" los impuestos eléctricos al consumo, además de la supresión, o en su caso la reducción, de los impuestos que gravan a las gasolinas. "Es pertinente topar los precios de la energía y combustible de cara a tener unas perspectivas y reglas futuras de cierta estabilidad", indican las Cámaras en su documento.
Las organizaciones empresariales reclaman también una revisión de las políticas agroalimentarias y para el sector pesquero.
Los representantes camerales también critican el cierre "precipitado" de las centrales térmicas, sin tener en cuenta las consecuencias para el empleo, y en estos momentos para la necesaria producción de energía". En este sentido, recuerdan que la Unión Europea considera como energías renovables el gas y la energía nuclear, y reclaman "la entrada en servicio inmediata de la planta regasificadora de El Musel". Otra de las medidas es suspender temporalmente los derechos de emisión de CO2 o, como alternativa, bonificar a las empresas que reduzcan sus consumos en un 15%, que se corresponde con la aportación del gas al mix energético.
Reclaman además la agilización y desburocratización de los trámites que se exigen para el desarrollo de instalaciones de energías renovables, "que pueden llevar al traste inversiones programadas", advirtieron.
Otra de las propuestas es la revisión de los contratos suscritos con las administraciones públicas, porque los precios en los que se adjudicaron los hacen inviables en las condiciones actuales para las empresas.
