Nerea Rodríguez, Cristina López y Daniel Llorente son alumnos del ciclo de Guías turísticos del instituto La Magdalena. Se forman para explicar Avilés a los visitantes y ayer pusieron en práctica lo aprendido en una ruta guiada bajo el nombre “En busca del tesoro de Pedro Menéndez de Avilés”. Plantearon preguntas a los “turistas”, un grupo de un centenar de alumnos de Sexto curso del colegio de Las Vegas, que ayer participaron por primera vez en una excursión escolar tras dos años enclaustrados en el aula por culpa de la pandemia. “Venimos a descubrir Avilés”, afirmaron Paula Suárez y Oscar Martínez, ilusionados con la iniciativa.
Viajaron en autobús a Avilés y pese a que el trayecto fue de poco más de cinco minutos, emanaban ilusión por salir del aula. “Estamos emocionados”, afirmó la pequeña Anais Riveiro, mientras caminaba por Galiana con Deva García y Desirée García. Y de paso, aprendían la historia del fantasma del conservatorio “Julián Orbón”, conocían los pormenores de la estatua de “El tratante” en El Carbayedo, la historia de los indianos y de Servando Ovies, que fue el avilesino que iba a bordo del “Titanic”. Los estudiantes de guía turístico lanzaban preguntas sobre historia de Avilés como la ciudad que liberó el capitán Rui Pérez (Sevilla) o cuál es la importante joya histórica que posee la iglesia de San Nicolás de Bari (su pila bautismal). Los alumnos respondían tras consensuar las respuestas en grupo. No fallaban, estaban atentos a las explicaciones de los jóvenes guías y se dejaban llevar por la imaginación de las historias mágicas como la del cuélebre que recorría el entorno de la, hoy en día, plaza Álvarez Acebal. A Iker González le apasionó la historia del ser mitológico y esbozaba una sonrisa tras su mascarilla por estar de excursión con sus compañeros en plena calle, da igual que fuera Avilés –ciudad que, obviamente, todos conocían– o el Museo del Jurásico de Colunga, que fue la última salida de estos escolares hace ya dos cursos.
Las caras de ilusión, las ganas de salir a aprender fuera del centro se entremezclaban con las explicaciones de los estudiantes del instituto La Magdalena, que mediante el juego de preguntas y respuestas hicieron más amena la visita y “obligaba” a que los escolinos corveranos no perdieran detalle. Como premio, al final de la ruta, los futuros guías turísticos pusieron en práctica los conocimientos de su ciudad y sus técnicas y los pequeños degustaron unos dulces para celebrar su primera excursión tras la pandemia.