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La empresa Pasek prevé aumentar su esfuerzo en I+D para responder al reto descarbonizador

El consejero delegado de la firma asume la necesidad de la transición ecológica pero duda que pueda hacerse “tan rápido como se pretende”

Pablo Cuervo-Arango, Manuel García Piquero, director de producción de Pasek; y Juan Carlos Aguilera, ayer, delante de la sede castrillonense de la empresa de refractarios. | Mara Villamuza

Autocrítica, afán de mejoría y el compromiso de aceptar las nuevas reglas de juego que marca Europa para el sector energético, que se pretende que sea climáticamente neutral en 2050. Estas fueron las líneas maestras de las declaraciones que realizó ayer ante los medios de comunicación Pablo Cuervo-Arango, el consejero delegado de la empresa de refractarios Pasek, con motivo de la visita a la sede castrillonense de la firma del director general de Industria del Principado, Juan Carlos Aguilera.

El directivo de Pasek hizo ver que, aún siendo el de los refractarios un “sector silente”, esto es, muy desconocido por el gran público, “jugaremos un papel muy relevante en el proceso de descarbonización de las grandes industrias que tenemos entre nuestra cartera de clientes”. En Asturias son grandes consumidoras de refractarios industrias como la del acero (Arcelor), el vidrio (Saint-Gobain), hasta que recientemente cesó su actividad en la comarca la del aluminio (Alu Ibérica) y, en general, cualquiera que utilice en sus procesos productivos hornos u otros sistemas caloríficos: metalurgia, construcción, tratamiento de residuos o petroquímicas, entre otras.

Pablo Cuervo-Arango admitió cierto acomodamiento tecnológico de su sector, una consecuencia de que “durante la última mitad de siglo, los procesos industriales en los que se consumen refractarios apenas han cambiado”. Pero ha empezado una revolución en forma de descarbonización de los procesos productivos y eso se traducirá, según el directivo de Pasek, en “una acuciante necesidad de desarrollo tecnológico” en el sector de los refractarios, entre otros.

Pero, ¿qué alcance tiene la pretendida descarbonización de la industria en el sector del refractario? Cuervo-Arango lo trató de explicar hablando de hornos: “Tanto los gases que se generarán al cambiar el combustible usado para calentarlos, como las temperaturas de funcionamiento, como los ciclos de trabajo serán distintos en el futuro. Y eso afecta al refractario que los recubre y protege, obligándonos a ser mejores y más eficientes. Ese es el reto”.

Para cumplir las expectativas tecnológicas y ser un agente implicado en la transición ecológica, Pasek entiende que debe aumentar su esfuerzo en investigación y desarrollo de materiales y productos.

Este departamento ya es una realidad dentro de la empresa; el consejero delegado cifró en “un 2 por ciento” el porcentaje sobre los ingresos que se destina a financiar la I+D y aventuró que “esa cifra aumentará en los próximos años”. Los perfiles profesionales de las personas que trabajan en el área de investigación de Pasek, según Cuervo-Arango, son fundamentalmente “informáticos e ingenieros químicos”.

Como última reflexión, y en presencia del director general de Industria, Pablo Cuervo-Arango expreso dudas sobre la pretendida rapidez que se quiere imprimir al proceso de transición ecológica: “No será tan rápida como se pretende, pero sin ninguna duda se hará”.

El responsable industrial del Principado, Juan Carlos Aguilera, escuchó atentamente al directivo de Pasek y valoró el planteamiento expresado, además de resaltar que la empresa es “un ejemplo a seguir por su larga trayectoria al servicio de la industria asturiana”, lo que le ha servido “para impulsar su actividad internacionalmente”.

Una empresa que lleva 52 años en Castrillón

Pasek España fue fundada en el año 1971 por William Pasek. De origen belga, llegó a España en plena expansión industrial –la de la década de los años 70– y compró una antigua tejera en Llodares (Castrillón) que posteriormente convertiría en fábrica de productos refractarios. Desde sus inicios, Pasek fue una empresa dedicada a la fabricación y mantenimiento de refractarios, enfocada principalmente a la industria siderúrgica.

Actualmente, sus 300 trabajadores en Asturias –400 en España– realizan las labores de mantenimiento para grandes empresas como ArcelorMittal, Acerinox, Alcoa, Saint-Gobain y otras.

La compañía –que es de capital 100% español desde el año 2007– gestiona una fábrica de hormigones y masas refractarias con una producción anual de 15.000 toneladas en la antigua tejera de Llodares donde todo empezó hace 52 años. La producción se distribuye en tres líneas: hormigones refractarios aluminosos y silicoaluminosos, masas básicas y masas húmedas. Pese a tener medio siglo de historia y ser un referente de su sector, el consejero delegado de la firma, Pablo Cuervo-Arango, reseña que la empresa es “poco conocida” fuera de los ámbitos de su actividad.

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