Avilés inventa el "Antroxu I+D": imaginación y diversión a raudales

El desfile del Martes de Carnaval da un salto de calidad que aplauden los miles de espectadores congregados para verlo

Francisco L. Jiménez

Francisco L. Jiménez

Con el recuerdo aún fresco de la visita de los Reyes de España a Avilés para presidir la entrega de los Premios Nacionales de Innovación y Diseño y con el concejo volcado en apuntalar la estrategia que lo convierta en un referente europeo de la I+D (investigación y desarrollo), el Antroxu se apunta al carro y también hace su aportación al mundo de la I+D: imaginación y diversión a raudales.

Para muestra, un botón: el gran desfile del Martes de Carnaval celebrado ayer con miles de personas expectantes en las calles, animación por todo alto y disfraces que lograron arrancar muchos "¡ohh!" de admiración por su calidad y belleza. Un desfile merecedor de nota muy alta, de lo mejor que se ha visto este Antroxu a juicio del "jurado popular", ese que no vota pero tiene voz y se expresa en las aceras al paso de los antroxos.

En el preámbulo del Gran Desfile d’Antroxaos, Moxigangues y Carroces era obligado mirar al cielo dada la adversa previsión meteorológica (30 por ciento de probabilidad de lluvia a partir de las 19.00 horas). No es que el agua fuera a espantar a los avilesinos y las personas llegadas del contorno, pero por si acaso convenía coger el chubasquero y paraguas y asegurarse un metro cuadrado de secano en los muy cotizados soportales dispersos por el recorrido oficial: desde el campo de fútbol al Parche pasando por la plaza La Merced y la calle La Cámara.

Este año se obvió el paso por la calle y la plaza Pedro Menéndez debido a las obras de reurbanización que afectan a esta última.

Este año se obvió el paso por la calle y la plaza Pedro Menéndez debido a las obras de reurbanización que afectan a esta última. O sea, que fue una edición más comprimida en espacio y, probablemente, por eso más intensa.

Finalmente el Nuberu –ese ser mitológico que controla la meteorología en Asturias– decidió no ser protagonista del desfile y dio cancha a su "colega" el Cuélebre, que cobró vida en la persona del valdesano Toño Venteiro, el paisano que iba dentro del espectacular disfraz de cuélebre al que no le faltaba ninguno de los detalles que recoge la letra de la canción que inmortalizó Víctor Manuel: las escamas de pez, las madreñas, los espejos "que cuando te miras lo grande es pequeño", la montera picona y el candil apagao. A su lado, la artífice del vestuario –confeccionado con "goma eva y materiales reciclados"– y persona encargada de que nadie le pisara la cola al bicho: Amparo Martínez.

Un alevín de tiburón de 7 años llamado Lucas Rodríguez, alumno del colegio Palacio Valdés, esperaba junto a su padre, Andrés, el paso de "las carrozas" (en alusión a los artilugios que participaron en el Descenso de Galiana el pasado sábado), que según explicó "es lo que más me gusta del desfile". Tanto le gustan, añadía, que no mostraba dudas al afirmar que "de mayor haré el Descenso". Hay cantera.

"Siempre nos disfrazamos en familia, por la niña y por mantener viva la esencia del Antroxu"

Alejandro Sánchez

— Ayer Mario Bross

También Saray Sánchez Suárez, de 9 años, puso en el primer lugar de sus preferencias "las carrozas". Este niña vio el Desfile del Martes de Carnaval con su padre, Alejandro, y su madre, Alejandra, los tres vestidos según el canon del juego de consola "Mario Bross". "Siempre nos disfrazamos en familia, por la niña y por mantener viva la esencia del Antroxu", explicó Alejandro Sánchez. Cabe insistir: hay cantera.

Y así, mientras el público se acomodaba, sin lluvia pero con orbayo a ratinos y con impuntualidad española empezó el desfile. Por unas horas nadie fue quien parecía y don Carnal marcó las reglas del juego.

El gran desfile del Martes de Carnaval arrancó con dos pesos pesados llegados desde Fitoria (Oviedo): los bueyes «Alegre» y «Romero», de 1.250 y 1.300 kilos de peso respectivamente y propiedad del ganadero Gil González. La pareja tiraba de un carro del país, y a bordo iba La Vieya, quien dejó unas palabras para la posteridad antes de que hoy le metan fuego: «Deseo paz, salud y mucha fiesta para todos».

Siete charangas y comparsas, más un grupo de batucada, pusieron la animación musical al desfile.

Detrás, en sitio preeminente, el cortejo de mazcaritos tradicionales: El Follosu, el Gruñu, L’Atabal y demás seres rescatados de la memoria del Antroxu avilesino. Siete charangas y comparsas, más un grupo de batucada, pusieron la animación musical al desfile para deleite de un público al que se le iban los pies al ritmo de bailables con los que es imposible hacer la estatua. Intercalados entre las charangas desfilaron mariposas, duendes, personajes de la Asturias más castiza, Charlot y seres que metían miedo bajo cuyas pieles había personas que nunca han roto un plato. Como la avilesina Lucía Acuña: «El año pasado no participamos porque yo estaba preparando oposiciones». Aprobó, que conste, y esta vez sí se disfrazó: ella de Alien y su pareja, Ángel Gorostiaga, de Predator.

Los «gaitaxianos» de Tapia conquistan la galaxia antroxera

Los vencedores en el apartado de grupos fueron los muy aclamados miembros de la fantasía «El descubrimiento de Gaitaxia», más de 90 personas llegadas desde Tapia que montaron todo un show en el «sambódromo» avilesino. A destacar que el colectivo ganador dedica todos los premios que logra a una causa solidaria: lo dona al Instituto Oncológico Asturiano. En parejas se impuso el dúo autodenominado «Campanines encantaes» y en la categoría de disfraces individuales el ganador fue «Predator» (no el que encarnó Gorostiaga, otro diferente).

Todo esto pasó ayer delante de los ojos de dos jóvenes ovejas descarriadas llegadas de Corvera el día del Descenso de Galiana y que ayer buscaban al resto del rebaño en el desfile de Martes de Carnaval. Portaban como única identificación sus crotales: ES 9336 y ES 6252. Para reclamarlas, diríjanse a la oficina de las Reinas del Goxu y de la Faba.

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