La periodista Lucía Muñoz Lucena (Aguilar de la Frontera, Córdoba, 1988) es coautora, junto a Ruth de Frutos, del estudio "Defensoras en el laberinto", una investigación periodística sobre la criminalización de quienes ayudan a migrar que presentó ayer en el Centro de Servicios Universitarios de Avilés. Atiende a LA NUEVA ESPAÑA por teléfono.
–La línea más clara de su estudio es que en Europa se penaliza la ayuda.
–"Defensoras en el laberinto" es una investigación periodística que financia el Instituto Europeo de Investigación Periodística. Nos dieron una beca: a Ruth de Frutos y a mí. Nuestra investigación se enfoca hacia los patrones que criminalizan a las personas defensoras, en concreto, del derecho a migrar.
–Explíquemelo.
–Nos hemos centrado en tres mujeres que representan los tres patrones que hemos detectado. Uno de ellos se refiere al ambiente tóxico, es decir, cómo se crea un imaginario negativo alrededor de la persona defensora. Otro de los patrones es el de las trabas burocráticas para que los diferentes colectivos de la sociedad civil no puedan acceder a tener ni el tiempo, ni la capacidad económica ni material para poder defender a las personas que lo precisan. Y luego, la punta del iceberg, quizá es lo que más conocemos, porque es lo que más se ve, que es la judicialización, es decir, cómo esa criminalización de la que estamos hablando sienta en el banquillo a las personas que están defendiendo derechos.
–¿Estos patrones se dan en toda Europa?
–Sí. En toda Europa, en todos los estados miembros. Estos tres patrones que le he explicado los utilizan de manera indiferente los países miembros de la Unión Europea.
–¿Da igual que tengan gobiernos de izquierdas o de derechas?
–Da igual. De hecho, nosotras estudiamos los casos de tres países: España, Bélgica e Italia, pero esto hemos visto también ocurre en Grecia o Francia. La criminalización de quienes ayudan se va repitiendo en todos los países de Europa.
–¿La criminalización se da en hombres y mujeres por igual?
–Da igual. Estos patrones se repiten en las personas que son defensoras. Lo único es que, en nuestro caso, sí que ponemos el foco en las mujeres porque estos patrones las atraviesan de forma diferente.
–Cuénteme.
–Lo que quiero decir es que en el caso de las mujeres, además de utilizar estos tres patrones lo hace de una forma más diferenciada de tal modo que señala a las mujeres con cuestiones como su sexualidad, su vida íntima. En el caso de Helena Maleno, que es el que más conocemos, tenemos pruebas de que crearon un expediente policial, que no judicial, para criminalizarla, un expediente en el que figuran situaciones personales que pudieran ser un agravante en el lugar donde la iban a judicializar, que era Marruecos.
–¿Por ejemplo?
–Su orientación sexual.
–Vale. ¿Y cómo se defiende a las defensoras?
–Las consecuencias que atraviesan la vida de las defensoras son más que evidentes. Los estados están consiguiendo que nos quedemos sin defensoras de los derechos fundamentales, como es el de poder migrar.