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Luis Fanjul, ante los bancos de Los Ca napés. | María Fuentes

Un político a gusto en las encrucijadas

Luis Fanjul asume el liderazgo de Ciudadanos en Avilés para reconstruir un espacio político diezmado con la lección bien estudiada: "Hemos aprendido a tortas"

Los bancos de Los Canapés, el lugar evocador elegido por Luis Fanjul Viña, el candidato de Ciudadanos a la alcaldía de Avilés, para hacer la foto que ilustra este artículo encierran varios simbolismos que vienen al caso del personaje. Se construyeron originalmente (1786) a la salida –o entrada, según se mire– de Avilés en dirección a Oviedo, y el "número uno" de la formación naranja vuelve a su ciudad, políticamente hablando, tras haberse ido a ejercer de diputado en la Junta General del Principado.

Ya en tiempos más modernos, en las inmediaciones de los bancos monumentales surgió el poblamiento que se llamó Entrecarreteras, un nombre alusivo a la encrucijada viaria que allí se desarrolló fruto de la expansión urbana de Avilés; y es en las encrucijadas donde el candidato Fanjul parece sentirse en su salsa como ha demostrado estos cuatro últimos años dentro de un partido volcánico como fue Ciudadanos.

Pero nada de lo anterior fue lo que motivó la elección del lugar por parte de Luis Fanjul para hacer el posado fotográfico. Eligió Los Canapés porque desde ellos se ve la casa donde vivieron sus padres –el edificio Fanjul– y la antigua clínica del doctor Santiago donde vino al mundo el 25 de febrero de 1969. Los bancos de piedra eran lugar de quedada de los niños –muchos que ahora– de Entrecarreteras y también los que venían desde La Rocica, Llaranes, Versalles, El Pozón y otros barrios del Sur de Avilés. Desde los canapés se divisaban prados y pomaradas donde hoy hay zarzas y solares llenos de escombros. Se pasaba por los Canapés para ir a los circos que solían izar su carpa en Divina Pastora. Y a este rincón llegaban diáfanas las voces de las madres que desde las ventanas llamaban a los guajes para que volviesen a casa al atardecer tras una tarde de juegos.

Luis Fanjul, que se hizo economista y fuera de la política trabaja en la Sindicatura de Cuentas del Principado, es nieto de Gil Fanjul, uno de los empresarios que hizo fortuna al calor de Ensidesa. A la empresa de montajes del abuelo le salió un buen contrato de obra en la isla de Tenerife y para allá que se fue de muy pequeño Luisito con sus padres y hermanos: "Recuerdo que mi madre, víctima de la morriña, hacía fabada aunque la temperatura superase los 30 grados".

Volvieron a los diez años, ya con democracia en España pero sin su padre, que se desvinculó del núcleo familiar. Fue un golpe duro.

El aspirante a mantener la presencia de Ciudadanos en la corporación municipal avilesina evidencia pragmatismo ante los palos de la vida, el último la muerte de su madre hace pocos días. En el plano político ha sido un pilar tan sólido como la dolomía de la que están hechos los bancos de Los Canapés durante el proceso autodestructivo que casi aniquiló Ciudadanos. Y ahora aspira a reconstruir el partido en Avilés con vocación de consenso y propósito de enmienda: "Hemos aprendido, así fuese a tortas".

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