Una fiesta para romper la rutina

Música, baile y pincheo animaron a los mayores del centro Palacio del Villar: "Con estas actividades hay más alegría"

Una residente del centro, baila frente a algunos de sus compañeros durante la fiesta. | Ricardo Solís

Una residente del centro, baila frente a algunos de sus compañeros durante la fiesta. | Ricardo Solís / Christian García

Christian García

Ejercicio, actividades, talleres... en definitiva, mucho movimiento y mucha "marcha" es lo que reclaman gran parte de los familiares de los residentes de centros de mayores, con la intención de dinamizar su estancia en ellos. Con esa idea surgió en 2019 la asociación de familiares de la residencia Palacio del Villar, en Piedras Blancas, presidida por Lisi Valin, y por ello mismo, el pasado viernes organizaron una fiesta grupal para los socios, pero también para el resto de residentes que quisieran participar. Una actuación musical, a cargo de "Kaki Sugar" ambientó la tarde de ocio que animó a los participantes, algunos de ellos lanzados desde el principio a bailar al son de los pasodobles, una incombustible "Camisa negra" de Juanes o el popular "Cielito lindo", de André Rieu, que, como su misma letra indica, animó a cantar a los mayores, animados por el gran ambiente del gran salón donde se llevó a cabo la fiesta.

"Con estas fiestas hay más alegría, la gente se junta durante la tarde y se divierte. Algunos bailan, aunque yo no, que estoy fastidiado, pero con estas actividades estoy muy contento", aseguraba Roberto Menéndez, vecino de Ranón (Soto del Barco), a pocos minutos de que comenzasen a sonar las primeras canciones que durante varias horas animaron el ambiente de la tarde en la residencia de Piedras Blancas. Martínez, de 76 años, reside en el centro desde hace dos junto a su hermana Rosa María, de 70, actualmente en silla de ruedas y a quien su hermano no duda en atender en la medida de lo posible junto a las enfermeras y auxiliares. "Hay que colaborar con quien colabora contigo. Yo tenía un bar y poco me ha cambiado la vida, sigo atendiendo a mi hermana lo más que puedo", aseguraba Martínez, quien aprovecha el verano para estar al aire libre, pero que en invierno no duda en jugar partidas de cartas con sus compañeros, a los que alguna vez consigue vencer al chichón, a lo que aseguró ser "bastante bueno".

Catalina Balbuena, de 95 años y natural de Oviedo, apenas lleva tres meses en la residencia, donde aseguró encontrarse "muy bien". "De día bajo todos los días y me divierto con mis compañeras", relató Balbuena, quien aprobó las fiestas organizadas por la asociación de familiares. "Me parecen muy bien, es muy entretenido. Tuvimos otra y se hicieron regalos a los compañeros que llevan varios años aquí", relató la mujer.

La fiesta, organizada por la asociación de familiares, no podía llevarse a cabo sin ellos. Nieves Carballo se acercó para compartir una tarde junto a su hermano, Víctor, de 53 años, que ingresó junto a su madre como acompañante al necesitar atención las 24 horas. "Nos gustaría que hubiera más actividades, que se puedan entretener. Mi hermano no puede comunicarse y me gustaría que pudiese realizar actividades en común", comentó Carballo. María Jesús Alonso tampoco quiso perder la oportunidad de disfrutar junto a su madre, Sonia, de 93 años, a quien "le va la marcha" y "se lo pasa bomba en estas fiestas, le presta que haya movimiento".

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