La odisea de un bus articulado para salir de la zona peatonal de Avilés donde entró por error

El conductor logró devolver el vehículo a una calle habilitada para el tráfico después de 10 minutos de maniobras y los viandantes aplaudieron su habilidad

El autobús, al poco de llegar al cruce de las calles Ruy Pérez y La Cámara.

El autobús, al poco de llegar al cruce de las calles Ruy Pérez y La Cámara. / F. L. J.

Francisco L. Jiménez

Francisco L. Jiménez

A un veterano conductor de la Compañía del Tranvía Eléctrico de Avilés (CTEA) le jugó una mala pasada, este viernes por la tarde, la rutina de hacer siempre la misma ruta, y acabó sin pretenderlo metido con el autobús articulado que conducía (18 metros de largo) en una calle peatonal llena de obstáculos que entorpecían el avance del vehículo.

Todo empezó al despistarse el conductor y, a la altura del barrio de Sabugo, en vez de coger el itinerario alternativo que ha diseñado la Policía Local de Avilés para evitar el paso del tráfico por las calles en obras en el entorno de la plaza La Merced, seguir de largo con idea de pasar por las calles habituales de la ruta de la línea: Emile Robin, Pedro Menéndez y Cuba, accediendo así al parque de Las Meanas.

Al llegar a la calle Pedro Menéndez, el conductor se apercibió de su error: esa vía está cerrada e impracticable por zanjas para el paso de ningún vehículo, mucho menos un mastodonte de 18 metros de largo. Como dar la vuelta era imposible, el chófer optó por circular con suma prudencia por la calle Ruy Pérez, que tiene carácter peatonal. Los problemas serios empezaron al llegar al entronque de Ruy Pérez con la calle La Cámara, una zona también peatonal y atiborrada de mobiliario urbano: bancos, macetas, farolas, cajas eléctricas y un pivote que impide el paso a los vehículos. Ahí se quedó atascado el autobús con los pasajeros a bordo.

El autobús, en el momento de salir a la calle La Cámara desde Ruy Pérez.

El autobús, en el momento de salir a la calle La Cámara desde Ruy Pérez. / F. L. J.

Ninguno de los muchos peatones presentes hubiera apostado por lo que finalmente sucedió: el conductor inició una serie de maniobras milimétricas, hacia delante y hacia atrás, con la dificultad añadida de que el autobús era articulado y eso complica y mucho el avance del mismo hacia atrás. Después de diez minutos y no menos de una docena de maniobras, el hábil conductor logró hacer pasar el autobús por el estrecho hueco existente entre un macetero y la esquina de un inmueble accediendo así a la calle Cuba.

Como recompensa, el chófer de la CTEA se llevó un aplauso espontáneo de los muchos viandantes que asistieron incrédulos y admirados a la imagen de un autobús atrapado en un cruce de calles peatonales del centro de Avilés. Lo que se desconoce es cómo se lo tomaron los viajeros a bordo del bus, que no obstante llegaron a su destino sanos y salvos, aunque fuera con un poco de retraso.