Avilés dice adiós al mejor Antroxu "de los últimos años"

Pedro Sánchez o Pablo Motos, protagonistas del testamento de la Sardina, que pasó a mejor vida en El Parche

Noé Menéndez

Noé Menéndez

"Es una pena que se acaben ya, es el mejor Antroxu que recuerdo en años", aseguraban entre lágrimas, rimas y algún que otro vaso de vino los asistentes al entierro de la Sardina, que puso el colofón a un Carnaval que ha dejado muy buen sabor de boca a todos los participantes.

Aunque nadie quería que llegase este momento, no hubo otro remedio. A las cinco y medio, en la plaza Mayor de Llaranes, arrancó el Velatorio de la Sardina. Allí, una decena de mujeres lloraron la muerte de la última raspa, a sabiendas de que se despedían del jolgorio de estos días hasta el año que viene. Engalanadas con capas y sombreros negros, incluso con mantillas, prueba del luto van a tener que pasar durante las próximas semanas, la sardina fue en procesión hasta la plaza del Carbayo, donde se realizó el entierro.

Avilés dice adiós al mejor Antroxu "de los últimos años"

Avilés dice adiós al mejor Antroxu "de los últimos años" / Noé Menéndez

En Sabugo esperaban un centenar de personas, ansiosas por conocer cuál era el testamento de la sardina. Quizá les tocaba algo a ellos. Pero no tuvieron suerte. Los cincuenta puntos que se tocaron trataron de temas tan diversos como el pueblo argentino y la irrupción de Milei, la inteligencia artificial o Pablo Motos, al que nombraron "babayu mayor del planeta". A alguno de los espectadores no le hizo excesiva gracia las rimas del testamento, acusando a la Sardina de "roja", pero rápidamente abandonó el lugar, ya que no era un sitio para él. También recibieron "palos" Pedro Sánchez, Yolanda Díaz, Pablo Iglesias o Marlaska, al que pidieron "in viaje en patera por devolver en caliente a los niños en la frontera".

Avilés dice adiós al mejor Antroxu "de los últimos años"

Avilés dice adiós al mejor Antroxu "de los últimos años" / Noé Menéndez

Tras repasar gran parte de la política nacional, el testamento de la Sardina entró en asuntos de casa, los de Avilés. "Para el pueblo de Avilés, que no te vendan la burra con la isla de la innovación, a ver quién va a ser el que curra", rezaba el testimonio, que criticó a los responsables de la demolición de los hornos altos, las baterías y el gasómetro. También recibió su parte Amancio Ortega, por cerrar el último año la tienda de Zara de Avilés y el Bershka que había en la ciudad. La Sardina deseó que el Avilés consiga, esta vez sí, el ascenso a Primera Federación y se acordó de los quesos de La Peral, que este año era su aniversario.

Avilés dice adiós al mejor Antroxu "de los últimos años"

Avilés dice adiós al mejor Antroxu "de los últimos años" / Noé Menéndez

La gran ovación del discurso se la llevó el momento en el que se recordó a Falo el Cuzo, uno de los impulsores del Descenso de Galiana. Tras un sonoro aplauso, la comitiva se dispuso a desfilar hasta el Parche, donde se realizó la esperada quema de la Sardina. Durante el camino la Cofradía de la Sardina ofrecía sardinas y vino a todo el que quisiera para pasar con el estomago lleno el mal trago de lo que estaba a punto de suceder.

"Es una pena que esto acabe ya. Ha sido uno de los mejores Antroxos que recuerdo", apunta Mercedes Granda, una de las personas que se acercó a rendir tributo a la pobre Sardina.

Junto a ella estaba Sara Gutiérrez. "Ha sido increíble la cantidad de gente que hubo estos días en Avilés. Cada año vamos a más. Somos el mejor carnaval el norte de España con diferencia", señaló la avilesina. Jesús Sánchez no podía estar más de acuerdo. "Es una pena que todo se acabe, porque estos días Avilés respira de manera diferente. Se nota que aquí el Antroxu se vive de manera diferente a otros sitios como puede ser Oviedo o Gijón. Por mí, que no se acabe nunca", confiesa.

Pero todo lo bueno tiene un final, y el Antroxu de Avilés no iba a ser menos. Cerca de las nueve y media, tras un largo pasacalles por el centro de Avilés que sobrepasó el horario previsto, en el que la Sardina tuvo oportunidad de despedirse de todos sus seres queridos, los fuegos artificiales avisaron a toda la ciudad de la terrible final: el Carnaval había llegado a su fin. Tras los días de espuma, caretas, disfraces, artilugios y confeti ahora toca volver a la normalidad. Eso sí, en el calendario ya asoma el próximo evento, porque en un mes Avilés vivirá, como hace siempre, su gran Semana Santa.

Suscríbete para seguir leyendo