El Palacio Valdés le toma el pulso al universo musical de «Pink Floyd»

La banda asturiana «Pûlsar to Floyd» despliega un alarde de luz, sonido y vídeo a modo de revisión del aclamado álbum «Pulse»

Luces, colores, vídeos, música, rock... El teatro Palacio Valdés acogió ayer un espectáculo que va más allá de lo musical. Con sonido envolvente, la banda asturiana «Pûlsar to Floyd» ofreció una experiencia inmersiva en la que el sonido se entremezcló con imágenes que crearon una atmósfera y un universo mediante el cual homenajearon el aclamado álbum «Pulse» de la banda británica «Pink Floyd».

En un teatro abarrotado, la banda asturiana deleitó a los asistentes con clásicos himnos del grupo inglés como «Shine on Your Crazy Diamond», «Time», «Money» o «ConfortableNumb», que resonaron en todos los espacios del interior del Palacio Valdés.Y es que el disco«Pulse», publicado en 1995, tiene una magia especial que radica en el hecho de que fue grabado durante la gira del anterior álbum de la banda, «The Division Bbell». Durante los tres últimos meses de gira, entre agosto y octubre y coincidiendo con su paso por Europa, «Pink Floyd» grabó los directos, mientras que en los últimos quince días se encargaron de los vídeos.

El grupo asturiano que recrea la obra de «Pink Floyd» comenzó a dar sus primeros pasos en 2019, tras la Semana Santa de Gijón.Surgida «como un sueño e ilusión» de Juan José González «Juanjo», sus miembros enfatizan que «no se trata» tanto de un tributo musical a «PinkFloyd», sino de «un homenaje audiovisual» a «Pulse». «La luz y el vídeo son tan importantes como la música», destaca Javier deCoupaud, bajista de «Pûlsar to Floyd» .

El 13 de noviembre de 2021, tras el primer concierto de «Pûlsar to Floyd» en el teatro Palacio Valdés, un asistente aseguró que la actuación de los nueve integrantes de la banda era «lo más cercano a ‘Pink Floyd’»que podría imaginar estar nunca. «Ojo, que igual lo hacemos bien», bromea Coupaud, a quien la afirmación del espectador aún le resuena ocasionalmente en la cabeza.

Con diferencias «claras» con «Pink Floyd», los nueve músicos asturianos logran aportar una esencia personal y una nueva perspectiva que «no es trabajo fácil». Y es que, en el origen de la banda, «el único fan incondicional era Juanjo», apuntó Javier de Coupaud, que subraya el trabajo de documentación que han llevado a cabo durante los últimos años para conocer«todos los detalles» de la música que marcó una época.

La de ayer fue la tercera ocasión en que el grupo actuó en Avilés. Sobre el teatro Palacio Valdés, De Coupaud asegura que es «el teatro más guapo de Asturias; y si no el más guapo, de los que más».

Dentro de un mes, el 16 de marzo, «Pûlsar to Floyd» acudirá a Bilbao para actuar en la Sala Santana, donde reeditarán su universo audiovisual.

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