Entrevista | Enrique Vila-Matas Escritor

"El día que no haya escritura ni libros no habrá pensamiento, la humanidad será artificial"

"En estos años hemos vivido cambios sorprendentes, la historia está llena de cambios, pero seguimos siendo como en una tragedia griega"

Enrique Vila-Matas.

Enrique Vila-Matas. / Antonio Navarro Wijkmark

Noé Menéndez

Noé Menéndez

Enrique Vila-Matas es una de las mejores plumas que ha dado España en los últimos años. El autor catalán cuenta con treinta obras, que incluyen novelas, ensayos y otros tipos de narrativas. De todo ello es una experta Cristina Oñoro, docente que junto al escritor estará el próximo 5 de marzo en el Centro Niemeyer (20.00 horas) en el marco del ciclo "Palabra" conversando sobre su obra y, en especial, sobre su última creación, "Montevideo". Antes de ello, Vila-Matas atiende a LA NUEVA ESPAÑA.

–¿No se ha cansado de escribir en estos cuarenta años?

–Al contrario. En los últimos años, especialmente con mi última novela, me surge un fenómeno nuevo. Ahora me divierto mucho escribiendo, es algo fenomenal.

–¿No se llega a perder la pasión?

–Aunque han pasado cuarenta años desde que se publicó mi primera novela no me siento viejo. Estoy muy en forma, mentalmente hablando. La experiencia acumulada ayuda a ello. Nunca me ha faltado la pasión. La escritura ha estado siempre ligada a mi vida y cada vez sé más cosas, por eso cada vez me divierte más. Quiero saber que significa la literatura

–¿Qué cree que es la literatura?

–Pues sigo sin saberlo. Trato de averiguarlo, es un motor para mí. Tampoco sabemos que es el mundo. Sigo investigando.

–¿Qué ha cambiado en usted desde su primera novela hasta ahora?

–Lo único que ha cambiado es el tiempo que ha pasado desde entonces, y la experiencia de todos estos años. El resto sigue igual.

–Con todo lo que ha cambiado el mundo y usted sigue igual.

–Durante esta época ha existido como una película de ciencia ficción. Lo he presenciado y lo he vivido. Han sido unos cambios sorprendentes, pero la historia está llena de cambios. Eso sí, seguimos siendo como en la tragedia griega.

–¿Por qué cree eso?

–El otro día estaba viendo una entrevista de David Trueba a Woody Allen y le pregunta si no creía que las películas de amor estaban de capa caída. Lo que dura por siempre es eso y los crímenes. Son los grandes temas del mundo: el amor, la muerte y el paso del tiempo. Por los demás hay pequeños detalles, que hacen que el mundo sea diferente, pero todo se basa en eso.

–A pesar de los cambios, sobre todo con la entrada de las redes sociales, parece que la lectura vive un gran momento.

–Yo creo que sí, que ha aumentado el número de lectores. Otro punto a analizar es saber si lo que ha aumentado es la cantidad de libros profundos, pero sí se lee más, sin duda. Se dijo que era por la pandemia, pero yo no soy nada pesimista, creo que se va a mantener. El día que no haya escritura ni libros no habrá pensamiento, la humanidad será artificial.

–Habla de los libros profundos.

–Yo creo que es lo que conecta, los que están en la historia de la literatura. Son los libros básicos, los que permanecen en el tiempo. Se puede leer hoy día "El Quijote", que nos habla de la mezcla entre ficción y realidad. Por algo permanecen en el tiempo.

–¿Cree que algunas de las nuevas obras no cumplen esos parámetros?

–Que cada cual lea lo que considere. Hay imbéciles y sabios, como en todo. Cada uno que lea lo que quiera.

–En nada estará en el Niemeyer.

–Me gusta mucho Asturias. Entre otras cosas he hecho viajes por mi cuenta para estar en Oviedo o en Cangas de Onís con mi amigo Moisés Mori. He viajado muchas veces y estoy encantando. En el Niemeyer estuve también en un diálogo, que fue extraordinario, con Menéndez Salmón. Es una de las mejores conversaciones que he tenido.

–¿Aprovechará para hacer turismo?

–Es un viaje express. Hago noche en Avilés y regreso. Voy con Cristina Oñoro, que ha escrito una obra que se llama "Las que faltan", sobre todas las mujeres desconocidas de la historia y es muy interesante. Ella ha hecho una tesis sobre mí y conoce mi obra a la perfección.

–¿Cuándo comenzó pensaba que alguien iba a llegar a estudiarle?

–Nunca me lo planteé. Tampoco sabía lo que era una tesis. La primera fue ella, pero a partir de ahí llegaron más. Cristina sabe todo sobre mi obra. Me acuerdo un día que fuimos a la universidad de la capital de Eslovenia y ella contestaba cosas a los alumnos de mis libros que yo ni me acordaba. Domina mi obra.

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