Castrillón despide a "la niña de la lata"

Magdalena Fernández, la superviviente de la tragedia de Ribadelago, fallece en Piedras Blancas a los 74 años

La imagen de Magdalena Fernández en 1959, por la que se la conoció como «la niña de la lata».

La imagen de Magdalena Fernández en 1959, por la que se la conoció como «la niña de la lata». / Efe

Marián Martínez / Araceli Saavedra

Era «la niña de la lata». Así se conocía a Magdalena Fernández en su tierra, en Sanabria, donde una fotografía suya de niña y comiendo de una lata se convirtió en la imagen de la tragedia que provocó la catástrofe de Ribadelago, donde en 1959 la rotura de la presa de Vega de Tera acabó con la vida de 144 personas. Magdalena falleció el martes en Piedras Blancas, adonde se trasladó a vivir tras casarse con el guardia civil Fidel Chimeno Ferrero. Ayer recibió sepultura en la iglesia de su pueblo natal, en Avedillo de Sanabria.

El padre de Magdalena, Federico Fernández, era de Ribadelago, y su madre, María Rodríguez Montero, de Avedillo. El día de la tragedia, Federico estaba con su madre y con su hermana en su pueblo, y los tres se pudieron ­salvar porque salieron de la casa y se enriscaron en unas peñas próximas.

Adiós a "la niña de la lata"

Adiós a "la niña de la lata" / Cedida

Alfredo Puente Parra es vecino de Ribadelago. En aquel entonces, en enero de 1959, tenía 20 años y trabajaba en la empresa que había construido la presa. «Tengo las imágenes grabadas. Era medianoche y todo el mundo estaba en la cama. Era la primera vez que se llenaba el pantano y los cimientos de la presa no aguantaron y reventó. Los vecinos que oyeron el ruido salieron corriendo y unos se subieron a las peñas, otros al campanario, cada uno a donde pudo. Pero hubo muchos a los que no les dio tiempo a huir y no se salvaron», relataba ayer este superviviente en conversación telefónica.

Las noticias de la tragedia llegaron a la familia en Avedillo tres días después, y la abuela de Magdalena cogió a la pequeña y se dirigieron a pie hacia Ribadelago. La propia Magdalena relató en múltiples ocasiones a sus familiares –y ellos a La Opinión-El Correo de Zamora, del grupo Prensa Ibérica–, que recordaba los camiones de los americanos, la ayuda que repartieron, el puente que tendió el Ejército...

Magdalena le contaba años después a sus hijos que aquel día vestía una «chaquetica» sencilla, porque «no tenía abrigo ni tenía manta» en pleno invierno. Y en la cabeza, simplemente un pañuelo.

La imagen que en aquel entonces se hizo famosa, y que hoy día sería viral en las redes sociales, fue la de aquella pequeña con su «chaquetica», su pañuelo y supuestamente comiendo de una lata. Imagen viva de la tragedia infantil de ese pueblo. Solo que según relató su familia, «no pudo comer de la lata» porque se la dieron para hacer la fotografía y luego se la quitaron. Aún así seguirá siendo recordada en su tierra como «la niña de la lata».

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