La espectacular historia de la avilesina Sita Méndez: la magia del fútbol convirtió a una "marimacho" en una campeona

La avilesina sufrió lo suyo por el deporte que siempre le apasionó y ahora se siente partícipe de los éxitos de una nueva generación: "Esto ya es imparable"

Las Rompetechos del 8: Sita Méndez, futbolista

VÍDEO: Noé Menéndez/ FOTO: Mara Villamuza

Noé Menéndez

Noé Menéndez

"Hasta los 14 o 15 años era una más, pero a partir de esa edad era una marimacho. Los amigos con los que había jugado toda la iba, que iban a mi casa a picar para que bajase a jugar con ellos, me llamaban así, marimacho".

La vida de Sita Méndez está marcada por una pasión y un ideal: el fútbol y la igualdad. Por eso esta avilesina, nacida en 1966, se dedicó desde bien joven a pelear para que todas las niñas pudiesen jugar con el balón en los pies.

A ella, una grave lesión le impidió seguir en los terrenos de juego. Pero desde las oficinas Sita Méndez se convirtió en una figura clave para el crecimiento del fútbol femenino en Asturias. Ahora se mantiene alejada del balón y dirige una empresa de limpieza, Limpiezas y Jardines Sita, que cuenta con 17 trabajadores. Y observa como "ya se ha abierto la caja de pandora, esto es imparable". Tras años de lucha, poco a poco está viendo la luz al final del túnel, aunque reconoce que "la cosa todavía va lenta".

"Empecé a jugar con 4 o 5 añitos en La Luz. No tiene una explicación esta pasión que siento por el fútbol, simplemente me encanta. El balón tiene magia", sostiene Méndez cuando piensa en sus inicios. Juntos a sus amigos, pasaba las tardes corriendo detrás de la pelota en los parques avilesinos, disfrutando. Hasta que llegó la pubertad. "No sé si era un tema hormonal, cultural, de la época… Pero lo pasé fatal. No podía jugar al fútbol porque me daba vergüenza, me insultaban, me rechazaban. Era totalmente injusto", confiesa. Tuvo que dejar su pasión. Hasta que, cuando tenía 19 años, llegó un equipo de Oviedo a preguntar por ella. "Vi la luz", asegura. "Podía jugar al fútbol de nuevo, seguir con mi pasión, en un equipo que solo éramos mujeres. Fue algo súper bonito", apunta la exfutbolista, para quien ese momento en el que volvió a jugar es "una de las mayores felicidades de mi vida".

Eso sí, la discriminación hacía ellas seguía presente. Teníamos los peores horarios para entrenar, las peores condiciones, pero por lo menos podíamos jugar. Era a lo que nos agarrábamos"", cuenta.

Gracias a su nivel en la portería, Méndez llegó a ser internacional con la selección española. "Fue espectacular. Ves que te han llamado para jugar con la selección y flipas", comenta. Y más si esa llamada es totalmente inesperada. "Venía de recuperarme de una lesión en los ligamentos cruzados de la rodilla. Jugué la Copa de la Reina contra la Real Sociedad y el entrenador contrario fue el que me recomendó a Nacho Quereda, el seleccionador de aquella. Fue reconfortante, una subida de autoestima", añade.

La avilesina participó en un encuentro de exhibición que se jugó antes de la final de la Copa del Rey entre el Real Madrid y el Valladolid, el último encuentro de Fernando Hierro como vallisoletano antes de firmar por los blancos. "Fue el punto máximo de mi carrera", destaca Méndez. Poco después sufrió otra lesión en los ligamentos cruzados de su otra rodilla, lo que hizo que se retirase de los terrenos de juego, aunque no del fútbol.

"Es mi pasión, eso lo tenía claro, por lo que busqué otra manera de pelear", sostiene la avilesina. Por eso, decidió dar el paso y plantar batalla desde las oficinas. "Nos recorrimos toda Asturias hasta que conseguimos crear una liga territorial femenina con once equipos en los años 90". Prácticamente visitó todos los colegios de la región. "Seguíamos siendo unas locas, unos bichos raros. Había muchas mujeres que tenían inquietud por el fútbol, pero no se atrevían por ser un terreno hostil. Aún sigo hablando con mujeres de mi edad o mayores que me dicen que les encantaba el fútbol, pero no jugaban porque en casa no se lo permitían. Durante años estuvimos peleando con clubes y con la Federación, pero hemos conseguido que las cosas cambien", afirma.

El cénit de su pasión por el fútbol femenino tiene un nombre: el Femiastur. La que fue la gran cantera del fútbol femenino en Asturias. "Conseguimos tener un equipo en todas las categorías, desde prebenjamín hasta nacional. Teníamos más de 70 jugadoras", recuerda. Cuando ni Sporting ni Oviedo peleaban por ello, Méndez, como si fuese la capitana de un conjunto de fútbol, decidió echarse el equipo a la espalda, aunque reconoce que no lo hizo sola. "Hubo un tiempo que teníamos más jugadoras que el Sporting. Cuando empezaron a apostar por esto venían aquí a ficharnos futbolistas. Era una constante. Al principio nos costó asimilarlo, pero luego nos sentíamos muy orgullosas", confirma la exfutbolista, que consiguió que el Femiastur fuese el club referencia a nivel asturiano de fútbol femenino. "Algo estábamos haciendo bien cuando muchas de nuestras chicas se acababan yendo al Oviedo o al Sporting", valora.

Tras más de 40 años, Méndez no oculta que se siente partícipe de los éxitos que ahora está viviendo el fútbol femenino. "He formado parte de esa lucha", dice con humildad. De hecho, este verano la selección española femenina pasó por Avilés antes de hacerse con el Mundial en Australia, algo que, a pesar de no poder verlo en persona, fue "muy emocionante" para ella. "Han sido muchos años peleando y de arraigo del fútbol femenino en Avilés. Yo no hice esa gestión, pero me siento partícipe de que Avilés tenga una historia de lucha por el fútbol femenino", apunta la exjugadora, que se siente muy orgullosa cuando pasa por La Toba y ve a las niñas disfrutando de la pelota. "Toda la vida quise que pasara esto", confirma.

Lleva dos años separada del mundo del fútbol "porque mi misión ya está hecha". "Peleé cuando nadie creía en ello. Ese era mi trabajo. Ahora las niñas pueden jugar con normalidad y eso es lo que me llevo. Ya no puedo aportar más", afirma. Para ella, el crecimiento del fútbol femenino es imparable, porque "no hay argumentos para parar este fenómeno". Vuelve a la caja de Pandora: "Ahora se ha abierto, hemos despegado y somos imparables", indica. Tanto que toda España celebra ya haber ganado un Mundial o una Liga de Naciones. Para eso hubo pioneras como Sita Méndez que rompieron el techo de cristal.

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