Así quiere evitar Avilés un fiasco como el de La Romareda de Zaragoza en la futura concesión del estadio Suárez Puerta

El gobierno bipartito busca la manera de "amarrar" la concesión del estadio ligándola a la ejecución de las obras y a que se cumplan las condiciones de explotación

Vista parcial del estadio Román Suárez Puerta. | Ricardo Solís

Vista parcial del estadio Román Suárez Puerta. | Ricardo Solís / Marián MartínezM. M.

Marián Martínez

Marián Martínez

El Ayuntamiento de Avilés preparará un severo pliego de licitación para la nueva concesión del Román Suárez Puerta con el que pretende evitar que la inversión comprometida por el presidente del Real Avilés, Diego Baeza, para remodelar el estadio no se convierta en un fiasco, como ha ocurrido con otros campos, por ejemplo La Romareda, donde juega el Real Zaragoza. Se trata, además, de evitar que en el futuro puedan surgir problemas para las arcas municipales, como ocurrió con el parking de La Exposición, que el Ayuntamiento tuvo que acabar indemnizando a la empresa gestora.

La propuesta presentada por Diego Baeza al Ayuntamiento para remodelar el Suárez Puerta supondría una inversión de 14 millones de euros, con tres plantas, capacidad para 9.600 espectadores, más de 5.000 metros cuadrados de espacios comerciales, además de los espacios reservados para el club y también para usos municipales.

Una vez saldada la deuda del club de fútbol avilesino con el Ayuntamiento, toca iniciar los preparativos para abordar esta compleja operación, que radica básicamente en que se trata de un espacio público, con lo que la inversión la tendría que realizar el Consistorio. Pero en realidad la ejecutaría el Real Avilés a cambio de una concesión de uso por un determinado número de años que habrá que negociar.

Pero no es tan sencillo. Al tratarse de un espacio público, el Ayuntamiento debe elaborar un pliego de licitación en el que figuren la inversión a realizar y las condiciones a cumplir. Y Baeza deberá competir en concurso público con otros posibles inversores que pudieran estar interesados, si se diera el caso. Si cumple todos los requisitos y su oferta es la mejor, o la única, entonces tendría que presentar el proyecto y que fuera aprobado.

El actual equipo de gobierno no quiere correr riesgos y verse en situaciones como, por ejemplo, la que se lleva viviendo desde hace dos décadas con La Romareda, con cuatro proyectos para un nuevo estadio y los cuatro fracasados por distintos motivos: económicos, políticos –falta de consenso político– y hasta judiciales. El último fue el impulsado por el propio Real Zaragoza, que finalmente decidió no concurrir en el concurso público convocado por el Ayuntamiento para la cesión del solar. Se trataba de un proyecto con una inversión de 140 millones de euros y un nuevo estadio, en la misma ubicación, con capacidad para 42.000 espectadores. Ahora saldrán por fin las obras de remodelación, para ser una de las sedes del Mundial 2030, y el Real Zaragoza aportará más de 200 millones en 75 años para explotar el estadio.

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Los grupos de la oposición en el Ayuntamiento de Avilés criticaron ayer la situación en la que se encuentra el Real Avilés jugando en el Suárez Puerta, al no haberse prorrogado la concesión porque el club no presentó la solicitud en tiempo y forma –lo tenía que haber hecho dos meses antes de que finalizase para que la aprobase el Pleno, y lo hizo dos días antes de que acabara–. Ahora el estadio ha vuelto a su propietario, que es el Ayuntamiento.

Ante las propuestas de cara al futuro, la portavoz del PP, Esther Llamazares, señaló que "nuestra única propuesta era que se hubieran hecho las cosas en tiempo y forma, desconocemos el por qué desde este Ayuntamiento se ha dejado vencer la concesión administrativa sin haber acordado con el club la posible prórroga. Ahora mismo, el estadio está en un limbo". Llamazares criticó la "gran opacidad en torno a las actuaciones" del Ayuntamiento con el Real Avilés, y esa falta de información dificulta la posibilidad de hacer propuestas.

Arancha Martínez Riola, portavoz de Vox, señaló que una vez liquidada la deuda con el Ayuntamiento se tendría que dar validez a la prórroga. De cara al futuro, planteó una concesión a 30 años, por la elevada inversión y que en los pliegos "figure muy claro el proyecto, la inversión y por supuesto la explotación y el cumplimiento del contrato para evitar" situaciones como la vivida.

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