"Avilesinos, abrazacos", anima Manolo García

El pabellón de La Magdalena acoge un fiestón de tres horas para resumir cuarenta años de música sin interrupción

Saúl Fernández

Saúl Fernández

Muchos de los que Manolo García reunió en el conciertazo que sirvió anoche en el pabellón avilesino de La Magdalena llegaron como se llega a San Fernando: un ratito a pie y otro caminando.

"Hay gente de Burgos, de León... os quiero con el corazón", exclamó una de las veces en que García se puso facundo . Lo hizo repasando la geografía local: "Asturianos, abrazacos; avilesinos, abrazacos..."

El cantautor había tardado un ratín en comenzar y pese a todo, la lista de contrayentes con García no se llenó del todo hasta pasadas las nueve y media. Esos fueron los que se perdieron el apoteósico inicio: "Insurrección" a lo grande. "¿Dónde estabas entonces cuando antes te necesité?" Y así, con el personal metido en el bolsillo, como la arena aquella que tantos pájaros de barro construyó, se puso a repasar lo último de lo suyo. Son veintisiete canciones divididas en dos discos. Como son de hace un par de año y en las emisoras de radio lo que se escucha es lo de los 80, 90 hasta ahora, el conocimiento de estos versos no fue el más enjundioso. Pero para eso estaban los clásicos, que los tiene por cientos –dice, lo dijo en las páginas de este periódico– es autor de tres centenares o así de títulos. Unos cuantos de los que allí estaban se los sabían todos, pero sólo unos cuantos. Casi todos se hubieran podido sumergir en un mar de "Que no hay nada más / que no hay nada más / mientras nuestros labios se quieran besar".

El pabellón de La Magdalena disfrutó como nunca de esas tres horas largas de música de la buena, con músicos de los buenos, con ritmos de los buenos y hasta con lanzamiento de chaqueta al público seguido de los "ooohhes" correspondientes. Y luego hubo muchos videos de móviles y colas en el bar. La fiesta si es con Manolo García y sus dos pantallazas es mejor fiesta.

El concierto de Manolo García ya se ha quedado entre lo mejor del año. El otro día la concejala de Cultura, Yolanda Alonso, ponderaba las virtudes de un pabellón que nació para alojar el mercado de semanal de ganado en aquellos primeros años ochenta y que, por la gracia de Camilo o Raphael o el Reggaeton Beach Festival de Avilés se ha transformado en imán de abrazos. "Abrazacos para todos".

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