Natalia Tielve García | Profesora de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo y especialista en Patrimonio industrial

Natalia Tielve García | Profesora de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo: "El patrimonio industrial, lo más vulnerable, es la ‘Cenicienta’"

"La intervención en la antigua pescadería fue atroz, espero que den uso al gasómetro indultado, hay que buscar soluciones"

Natalia Tielve, ayer, en la Escuela Superior de Arte. | Ricardo Solís

Natalia Tielve, ayer, en la Escuela Superior de Arte. | Ricardo Solís / I. G.

I. G.

Natalia Tielve García es profesora titular de Historia del Arte en la Universidad de Oviedo. La docente abrió ayer las charlas de las jornadas de Conservación y Restauración de la Escuela Superior de Arte con su ponencia: "Conservación, reconversión y nuevos usos para el patrimonio arquitectónico industrial.

–¿En qué estado de salud se encuentra el patrimonio industrial a nivel general?

–He hablado de la conservación del patrimonio industrial a nivel internacional, también en España y en Asturias. Lo que he señalado es que todavía queda un gran camino por recorrer, se ha avanzado mucho en los últimos años en los procesos de patrimonialización, de toma de conciencia, sobre el interés que tienen los bienes industriales como parte de lo que ha sido nuestra historia más reciente y de nuestra memoria pero siguen siendo hoy por hoy como la ‘Cenicienta’ en el patrimonio cultural, los mas vulnerables, los más sensibles, los objetos de ataque, los que cualquier tipo de actuación se puede llevar a cabo sobre ellos y por esa razón queda muchísimo camino por recorrer.

–Empecemos por Avilés. Se perdió la térmica.

–Sí pero hay otros casos que es como si se hubiese perdido, o peor. Por ejemplo, la antigua pescadería municipal es un caso muy claro de una feroz, una atroz intervención donde un elemento que estaba protegido e incluido en el catálogo urbanístico y con protección integral que es la más alta categoría que distingue un catálogo, se intervino despiadadamente para ubicar sobre él un elemento que perfectamente se podría haber levantado en sus inmediaciones sin necesidad de afectar el edificio.

–Decía en su charla que cada espacio recuperado ha de mantener la memoria de lo que fue.

–La carta de Nizhny Tagil de patrimonio industrial que es el gran documento de referencia internacional que desde hace 20 años viene funcionando en esta materia recomienda el interés que ha tenido el lugar y ve necesario crear un espacio de memoria que, como mínimo, sirva para recordar el interés que ha tenido el lugar para la historia industrial, quiénes trabajaban allí, qué tipo de actividades realizaban. Eso sería lo mínimo que hay que hacer. En Asturias, la fábrica de tabacos de Gijón está siendo objeto de polémica donde se ha desarrollado un proyecto con unos usos que todavía están por determinar y donde no parece que se esté planteando este espacio de memoria.

–¿Y qué le parece la reconversión de la Factoría Cultural, que antes era una fábrica textil?

–En la factoría sí que se han conservado una parte de los espacios aunque otras zonas se han demolido es un proyecto con luces y sombras. Tiene una parte positiva y otra negativa. Se conserva la factoría es la antigua maquinaria y son conscientes además de la propia memoria industrial que tiene el edificio, quizás no sea el mejor de los ejemplos pero no es un mal proyecto de intervención.

–La fábrica de la antigua aluminera de Endasa regresará reconvertida en otro tipo de negocio. ¿Qué peculiaridad tienen sus naves?

–Una parte del conjunto tiene el interés de estar incluido en el registro Docomomo ibérico es decir que está considerado como un ejemplo muy importante de arquitectura industrial ligada a los parámetros del movimiento moderno, con la labor del ingeniero Carlos Fernández Casado detrás. Por lo tanto, tiene el mismo interés que muchas de las instalaciones que forman parte actualmente de Ensidesa, tiene un interés muy claro histórico y arquitectónico. Es un ejemplo, además, de intervención del Instituto Nacional de Industria y desde el punto de vista del patrimonio industrial es una de las grandes joyas del patrimonio industrial de Avilés. Esperemos que se mantenga.

–¿La Curtidora sería un buen ejemplo de conservación?

–Lo es para su época. En su momento, a principio de los noventa y antes de la ley de patrimonio cultural del Principado de Asturias como una experiencia pionera. En su momento tuvo sentido y razón de ser, es un ejemplo de fachadismo pero por una razón porque el interior se había destruido por completo, entonces poco se podía hacer con lo cual salvando esa circunstancia creo que sí que es un buen ejemplo de intervención y, sobre todo, de nuevos usos nuevas posibilidades que no se trata solo de musealizar sino también de buscar posibilidades y perspectivas de futuro.

–¿Qué plantea para el gasómetro indultado de Baterías? ¿Qué posibilidades tiene?

–Hay muchas experiencias en Europa que se pueden utilizar un poco como referentes por ejemplo, el caso de la recuperación del gasómetro de Overhausen, están también los gasómetros de Viena,... Puede haber un uso cultural, un espacio polivalente donde quizás se pueden organizar exposiciones temporales que tengan un poco que ver con la memoria industrial, encuentros. Estos espacios tienen características lo suficientemente singulares como para que se pueden hacer distintas cosas en él haciendo un poco uso de la imaginación y buscando con sensibilidad soluciones, se puede hacer algo aceptable.

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