La cimentación y el vaciado del edificio, el gran desafío en la reforma del viejo café Colón en Avilés

El arquitecto Javier Arbesú, responsable de la obra, prevé cubrir de vidrio la terraza exterior y renovar el interior "sin poner cosas que nunca tuvo"

Myriam Mancisidor

Myriam Mancisidor

El viejo café Colón es parte de la historia de la ciudad, un edificio cargado de simbolismo social que forma parte de un conjunto BIC (Bien de Interés Cultural, que es la plaza de Hermanos Orbón) y que ahora tiene la máxima catalogación. De ahí que para el arquitecto Javier Arbesú sea un reto poner su firma en la próxima rehabilitación de este edificio en el que, anteriormente, intervinieron los principales arquitectos asturianos del siglo XX. La previsión es comenzar las obras a finales de este año. La actuación no será sencilla. Los principales escollos a salvar son dos: la cimentación y la sujeción de la fachada en tanto se ejecuta el vaciado parcial del interior del edificio, en estado ruinoso tras décadas en desuso y del que se conservará poco más que la escalera principal.

"La cimentación en piedra, de acuerdo a los estudios geotécnicos que estamos haciendo, llega a una profundidad de cuatro metros. Está sobre limo, en terreno ganado a la marisma. En este sentido deberemos andar con pies de plomo", explica Arbesú, que estima que una vez que comiencen las obras se emplearán unos dieciocho meses en ejecutarlas, según las dificultades que se encuentren en el proceso. En cuanto al interior del viejo café: "Está muy deteriorado, hay que desmontarlo para volver a montarlo. Habrá que sujetar la fachada en este proceso". Y ahí estará el equipo de Arbesú, también interviniendo en el interior.

¿Y luego? "Recuperar su imagen me parece muy interesante porque este edificio trajo la modernidad a Avilés allá por 1890, una modernidad que entonces estaba definida por aquellos cafés vieneses, belgas o franceses que tenían desde cinematógrafo a orquestinas en las terrazas. Con el Café Colón la gente de Avilés empezó a sentirse moderna y europea a principios del siglo XIX y eso causó mucha impronta en la ciudad", manifiesta el arquitecto.

El arquitecto Javier Arbesú en su despacho en Avilés. | Ricardo Solís

El arquitecto Javier Arbesú en su despacho en Avilés. / Ricardo Solís

El Café Colón nació en una época en la que estaba Antonio Gaudí como máximo representante del modernismo catalán, Otto Wagner en Viena o Hendrik Petrus Berlag como padre de la arquitectura moderna en los Países Bajos. "Estaban todos aquellos estilos confluyendo, y el paisaje de las ciudades se transformó. Ahí estaba también el Café Colón, aunque modesto en ornamentación. Se tuvo el grandísimo acierto de hacer la plataforma exterior, un terraza volada que es posterior al edificio, de 1905, cubierta con vidrio, que yo también pretendo cubrir. Eso le dará una relevancia tremenda al edificio, además de ampliar las posibilidades de uso tanto para clientes de hostelería como de hotelería", precisa Javier Arbesú. También se mantendrán las piezas de hierro existentes: "Son muy interesantes", aprecia.

Más aciertos de antaño, a juzgar por el arquitecto avilesino, que se mantendrán una vez rehabilitado el Colón, que será como el de antes, pero rehecho: "La planta baja y la entreplanta estaban cubiertas por azulejo blanco. En la rehabilitación la cerámica tendrá un espacio relevante", avanza. Al edificio original se sumaron dos plantas más después de que el Colón fuera bombardeado por la Legión Cóndor –la brigada especial de la Lufwaffe, la fuerza aérea de Hitler– allá por 1937.

Ahora el edificio del Café Colón se distribuye en sótano, planta baja, y cuatro plantas superiores con unas dimensiones de 2.036 metros cuadrados. El proyecto de inversión para acometer la rehabilitación y puesta en marcha de la actividad empresarial –reto colosal que tiene entre manos el empresario asturmexicano Marcelino Álvarez junto a sus socios avilesinos– está presupuestado inicialmente en tres millones de euros. La idea inicial se mantiene: albergar en la planta baja un local de hostelería que mire a la plaza de Pedro Menéndez. En las plantas superiores se habilitarán apartamentos turísticos de corta y media estancia.

"En el interior hay que sacar rendimiento a las plantas. La idea es hacer apartamentos de unos cincuenta metros cuadrados, una especie de ‘suites’ respondiendo a una economía algo más accesible", puntualiza el arquitecto. Del interior del viejo café adelanta: "No recargaremos los espacios sino que sacaremos partido a la luz que tiene, a las dimensiones, utilizando un color discreto, agradable, pero sin hacer un interior estrambótico. No se trata de ponerle al edificio cosas que nunca tuvo sido de aprovechar la belleza, que se encuentra en las cosas sencillas, que no simples, que es distinto".

Lo que se verá en el Café Colón "será, en el interior, un edificio renovado con la misma composición de huecos que tiene actualmente, que es muy académica, muy rigurosa". "El exterior destacará por el altillo y el techado que vamos a hacer de vidrio. En cuando a la girola que da a dos calles estudiaremos un posible uso, pero en principio es una construcción ornamental sin aperturas hacia la ciudad", proyecta el arquitecto.

Considera Javier Arbesú que Avilés tiene ahora "muchos hitos para salir adelante". Cita la próxima llegada del tren de alta velocidad a la ciudad, la proximidad con el Aeropuerto de Asturias, cada vez con más conexiones, o el centro cultural Óscar Niemeyer "que es una obra preciosa de este arquitecto brasileño". A esto se suman los proyectos hoteleros que dibujarán el nuevo mapa turístico de la ciudad aprovechando grandes edificios ubicados en lugares estratégicos como el propio Café Colón o el palacio de Josefina Balsera: "Todas esas piezas cualifican la ciudad, la van a hacer más interesante y que no pierda el interés que tuvo cuando se inauguraron esos edificios. Podemos creernos que estamos en el mapa arquitectónico europeo de primera línea", apunta.

Ese es, precisamente, el objetivo de Arbesú para la rehabilitación del viejo café: "Avilés despertó con el cambio de siglo con el Café Colón y la intención es que ahora el edificio siga impresionando tanto a los que vivimos aquí como a los que nos vienen a visitar". Será, previsiblemente a partir de 2026, cuando renacerá el viejo café de Avilés.

Suscríbete para seguir leyendo