La subasta del "campanu" del Cantábrico

Los primeros trece bonitos de la costera se venden en la rula de Avilés por 41.000 euros

Alimerka se hace con la primera tina de ejemplares "gordos" por 339,60 euros el kilo, mientras la siguiente caja se ruló a solo 17

Armando Prendes y Enrique Zabaleta, ayer, con dos bonitos de la primera subasta: cada ejemplar se vendió a unos 3.000 euros, a 339,60 euros el kilo. | Mara Villamuza

Armando Prendes y Enrique Zabaleta, ayer, con dos bonitos de la primera subasta: cada ejemplar se vendió a unos 3.000 euros, a 339,60 euros el kilo. | Mara Villamuza

Myriam Mancisidor

Myriam Mancisidor

Enrique Zabaleta, patrón del "Goinkale", partió el pasado 6 de mayo del puerto vizcaíno de Bermeo. Paró en Avilés a por hielo y puso rumbo al suroeste, hacia el archipiélago de las Azores, en medio del Atlántico. A 730 millas de Avilés (más de 1.300 kilómetros), Zabaleta y su tripulación encontraron un banco de bonito del Norte. Por la zona andaban cuatro barcos más, entre ellos el "Playa de Luarca" y el "Esmeralda Tercero". Los del "Goinkale" fueron rápidos. Metieron en bodegas algo más de 3.200 kilos de bonito del norte, el primero de la costera. Y eso, en Avilés sobre manera, tiene "premio": la primera caja con un peso total de 122 kilos (eran, en concreto, trece bonitos de algo más de nueve kilos cada uno) alcanzó un precio en rula de 339,60 euros el kilo; es decir, por los primeros bonitos de la campaña se pagaron algo más de 41.400 euros. O dicho de forma: por cada bonito se desembolsaron algo más de 3.000 euros. Este año, eso sí, no se pescó "récord", que estaba en 370 euros por kilo de 2023. Pero la fiesta del bonito en Avilés se celebró tanto o más.

Momento de la subasta en el que se detiene el marcador en 339,60 euros, el precio que alcanzó la primera tina de bonito de 122 kilos. | Mara Villamuza

Momento de la subasta en el que se detiene el marcador en 339,60 euros, el precio que alcanzó la primera tina de bonito de 122 kilos. | Mara Villamuza / M. Mancisidor

El comprador de estos primeros bonitos fue Armando Prendes, para los supermercados Alimerka. "Creemos que el bonito está bien pagado, el récord de precio no tiene que ver con la compra de los primeros bonitos. Comercialmente hablando esto no tiene ningún sentido", explicó el responsable de las pescaderías de Alimerka, quien avanzó que, como en años anteriores, los primeros bonitos ya tienen quien los deguste: serán los usuarios de las cocinas económicas de Oviedo y Gijón, Amigos de Mieres y tres entidades más de León, Valladolid y Zamora. El bonito del Norte irá, pues, más allá del Pajares con fines solidarios. "En los supermercados estamos inmersos en la campaña de atún rojo y como no hay seguridad de tener más bonito del norte hasta dentro de una o dos semanas preferimos no meterlo en tienda hasta que haya una continuidad", explicó el comprador para Alimerka. Además de Prendes había otros muchos más compradores que se hicieron con el "campanu" de la mar, aunque a un precio más moderado, pero igualmente bueno para Zabaleta: la segunda caja (tina) con 110 kilos de bonito se subastó a 17,15 euros el kilo; la siguiente, a 16,95 euros por kilo. Adquirió bonito Francisco Torres, de supermercados MasyMas o Samuel Guillén, de Casapesca, por citar más compradores. A partir de mañana el bonito del Norte estará de esta forma en muchas pescaderías asturianas, donde, por cada bonito, se desperdicia un 35 por ciento (cola, aletas…), según los cálculos realizados por el gerente de la rula, Ramón Álvarez.

La tripulación a bordo del «Goinkale» con Zabaleta en el centro. | M. V.

La tripulación a bordo del «Goinkale» con Zabaleta en el centro. | M. V. / M. Mancisidor

Tan ilusionado como Álvarez estaba ayer Ángel Muñoz, director técnico de la rula. "Es una ilusión empezar una costera nueva después de venir de una campaña como ha sido la de la xarda que ha vuelto a fallar. Este momento lo esperamos con muchas ganas, los barcos arriesgan mucho para esta primera marea", manifestó Muñoz, quien confía que esta costera del bonito del Norte sea espléndida.

"El precio al que se vendió ha sido bueno, yo creo que al ‘Goinkale’ le ha compensado la marea. Esperamos también que se animen más barcos a salir a por este gran producto que tenemos", sentenció..

El "Goinkale" partió ayer a mediodía rumbo a las Azores. Si el viaje de ida y de vuelta fue malo, dicho por el patrón de la nave, por el viento dominante, este no se esperaba mejor. Con Zabaleta viajan seis personas más, cuatro indonesios y dos senegaleses. ¿Las expectativas? "No se saben, aún es pronto para decir cómo será la costera. Lo que sí sabemos es que el bonito aún está lejos y tardará en llegar al Cantábrico".

El de Bermeo analizaba ayer el futuro de la pesca, que ve complicado: "Cada vez hay menos relevo generacional para un trabajo muy duro, un trabajo que es de sol a sol", manifestaba este marinero quien ya es un habitual de la rula de Avilés. "Sabemos la calidad del pescado que traemos y me gusta, me tratan bien aquí", dijo. Ayer mejor que bien. Porque Enrique Zabaleta fue el encargado de levantar el primero bonito del norte –capturado, como todo el que entra en la rula de Avilés, con el arte de pesca llamado cacea o curricán– a modo de trofeo, como el Messi de la mar.

El curricán es un arte selectiva que nada tiene que ver con artes pelágicas, que destrozan las capturas. Esto lleva parejo, además, una etiqueta: "Pescado de confianza". Esta marca de calidad promovida por la Nueva Rula de Avilés se incorporó al sello de garantía "Alimentos del Paraíso" ya a finales de 2020. Entonces era el primer operador vinculado al sector pesquero que se sumaba al distintivo de garantía impulsado por el Principado, que permite identificar y singularizar producciones de la comunidad. En Avilés, el bonito del Norte tiene dicha etiqueta, al igual que la bacaladilla y la merluza.

Más aún el bonito del norte es una de las especies comerciales más importantes para la flota asturiana y para la rula avilesina. El año pasado la campaña no fue todo lo buena que se aventuraba: quedó cuota sin consumir. El pescado se alejó de la costa y el tamaño medio de las capturas empezó a ser menor lo que se tradujo en más gastos y menos ingresos, y muchos barcos abandonaron. Este año los boniteros tienen 22.360 toneladas por pescar.

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