Desde el último Pleno municipal asistimos a un intento de justificar la política fiscal social-liberal del equipo de Gobierno, aprobada con los votos del PP, que no pidió para este apoyo ninguna enmienda de importancia. Supongo que porque coincide con sus postulados liberales.
Comienza en el mismo pleno, cuando la propia Alcaldesa, al final del debate y sin posibilidad de réplica, acusa a la oposición de querer aumentar los gastos y reducir los ingresos. ¡Pero si no se habló de los gastos! A pesar de que desde nuestro grupo pedimos, al inicio del debate, precisamente eso, que presupuesto y ordenanzas fuese un debate conjunto. Y su partido, junto con el PP, votó en contra del aplazamiento que lo hubiera permitido.
Pero veamos los datos. Los ayuntamientos tienen tres grandes vías de ingresos: las transferencias del Estado por la parte que corresponde a los ayuntamientos de los tributos estatales, las transferencias de las comunidades autónomas para financiar competencias impropias y programas autonómicos, y los impuestos propios.
Las transferencias del Estado y las trasferencias del presupuesto autonómico, aunque no se nos ha facilitado, está previsto que aumenten, y es en ese contexto donde decidimos sobre los impuestos propios, básicamente el IBI, el IAE y las tasas y precios públicos.
La propuesta del PSOE y PP básicamente consiste en cubrir las necesidades de financiación subiendo lo que pagamos de IBI todos los ciudadanos y comerciantes de la villa, al no bajar lo suficiente el gravamen para compensar la subida automática por la revisión anual, y subir las tasas y precios públicos, al no compensar la inflación negativa (IPC agosto -0.4%). Es decir, carga los ingresos a costa de la gente humilde.
Y ahí es donde nos diferenciamos del PSOE y el PP. Esos son los que con diferentes propuestas, los grupos de "la izquierda real" (como nos llama la concejala de hacienda) pedimos bajar, lo suficiente para que no tengamos que pagar más. A cambio, pedíamos subir los impuestos que caen sobre los más favorecidos: Subir el IBI al tramo del 10% superior, como permite la ley, subir el IAE que hace años que no se toca, o al menos eliminar las deducciones automáticas (este impuesto solo lo pagan los negocios que facturan más de 1 millón de euros), y actualizar la tasa de ocupación de suelo a los cajeros automáticos.
Claro que, para el PSOE, las grandes corporaciones, la banca, y los concesionarios de los contratos de agua, basura... del ayuntamiento que facturan más de un millón de euros son intocables. Y que no se escondan con la defensa del empleo. El núcleo fundamental de impuestos de las corporaciones son los impuestos estatales, no estos pequeños gravámenes locales que, eso si no pueden camuflar con su ingeniería fiscal.
Entre cambiar a una política fiscal progresiva, con lo que hubiesen tenido nuestro apoyo, o continuar cargando el peso en los de abajo, con lo que tienen el apoyo del PP, ustedes han escogido. No busquen excusas.