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La probeta

Antropoceno en el Cabo Negro

Los restos existentes en la costa gozoniega aportan gran información sobre la época del Cuaternario

Química de 1995.

El Antropoceno, la nueva época del periodo Cuaternario, se caracteriza por cambios en el ciclo vital de la Tierra consecuencia de la actividad humana. Algunas de las acciones antrópicas que la caracterizan son:

1. Dispersión de isótopos radioactivos (procedentes de explosiones nucleares), Acumulación de materiales "no naturales" (sustancias inexistentes en la naturaleza, originados artificialmente por distintos procesos) tales como plásticos, hormigón o alumnio. Aparición de un nuevo tipo de sedimento "plastiglomerado": plásticos-arenas-rocas-residuos (cenizas, escombros, metales, restos vegetales?).

2. Residuos industriales.

3. Contaminación generada por la quema de combustibles fósiles, emisiones de industrias y centrales térmicas.

4. Eliminación de ecosistemas naturales y pérdida de biodiversidad (aceleración de las tasas de extinción de flora y fauna).

5. Proliferación de especies domesticadas (caso de las cría de pollos para el consumo humano).

La antropización (actuaciones, actividades y procesos llevados a cabo por el hombre) y sus efectos quedaran reflejados, sin lugar a dudas, en las hojas del registro geológico: los estratos. La nueva época está definida por las pruebas nucleares, la contaminación por plásticos y la proliferación de especies domesticadas.

Un grupo científico internacional formado por 35 especialistas, en el que figuraba el geólogo Alejandro Cearreta profesor de la Universidad del País Vasco, en un Congreso de Internacional de Geología celebrado en Sudafrica, concluyeron:

1. Actualmente vivimos en un momento geológico distinto al Holoceno.

2. La marca que determina el cambio de época son los residuos radioactivos del plutonio generados en las explosiones nucleares iniciadas a mediados del siglo XX (la primera prueba de un arma nuclear data del 16 de julio de 1945 y tuvo lugar en el desierto de Nuevo México, EE.UU.).

3. La fecha elegida como línea de entrada en el Antropoceno 1950.

No obstante, época y denominación, deben ser ratificadas por la Comisión Internacional de Estratigrafía (I.C.S.)

Cabo Negro

Desde la parte oriental del promontorio de Cabo Negro hasta la Punta del Infierno, en San Martín de Podes (Gozón), entre 5º 53' y 5º 54' de longitud O, existe una interesante manifestación de Antropoceno. Se trata de restos de las playas cementadas (beach rock) de Riba Pachón y Portazuelos, al pie de la rasa de 80 m.

Cuando en septiembre de 1957 entra en funcionamiento el primer horno alto de la que fue la siderurgia integral Ensidesa, comienza gestarse un serio problema medioambiental: ¿qué tratamiento dar a los residuos siderúrgicos generados en el proceso para la obtención de hierro y acero? Nuevos hornos altos y acerías marcaron un importante aumento de la producción de la factoría, con el consiguiente incremento de residuos que agravó el, ya existente, problema medioambiental. Al principio de la década de los 60 los técnicos de la Siderúrgica, ante un problema tan acuciante, proponen como solución, entonces considerada modélica, el vertido de los residuos directamente al mar. Para ello desarrollan, y llevan a cabo, el proyecto de construcción de un teleférico, de 7 km de longitud, que transportaría en sus cangilones los residuos industriales desde un vertedero, instalado en las inmediaciones de los gasómetros de la factoría, hasta la terminal de Monteril, en cabo Negro (San Martín de Podes), donde desde el acantilado se arrojaban directamente al mar Cantábrico.

A finales de 1962 comenzaba a prestar servicio el teleférico, en fase de pruebas y a principios de 1963 se produjeron los primeros vertidos que se continuaron durante casi una década. En 1972, cuando se procede a su clausura, el teleférico había transportado, aproximadamente, 1.820.000 tm de escoria vitrificada del horno alto, escoria calcinada de convertidores de acero, chamota (material refractario) y chatarra, para proceder a su vertido al mar.

La corriente costera general del E, los oleajes frecuentes de ONO (33%) y O (22%), así como los vientos favorables de cuarto cuadrante (O y NO) propiciaron que una parte de los residuos arrojados al mar se depositaran en las ensenadas situadas al este del punto de vertido (Riba Pachón y Portazuelos). Se iniciaba entonces un proceso de "naturalización" que daría origen a formas y estructuras geomorfológicas características de ámbitos costeros:

Playas cementadas (beach rock). Formas, muy bien descritas en cuencas acuáticas de áreas industriales. Se trata de superficies planas de naturaleza carbonatada, originadas por precipitación y posterior compactación de los residuos procedentes de vertidos industriales.

Cantos imbricados. Los fragmentos de mayor tamaño adquieren una disposición imbricada (a modo de las escamas de un pez) consecuencia de la acción del oleaje.

Dunas. Los fragmentos de menor tamaño, arenas, que llegan a la playa, pueden ser puestos en movimiento por la acción del viento, deflación, y sedimentar en zonas de postplaya, dando origen a formaciones dunares.

En la Riba Pachón, la ensenada más próxima al punto de vertido, debido a su reducida superficie, tan solo se desarrolló una playa cementada. En Portazuelos, por el contrario, con una superficie de postplaya relativamente amplia, se desarrollaron las tres formas características: una playa cementada sobre la que se acumularon los fragmentos de mayor tamaño (posiblemente fragmentos generados por acción humana para facilitar los procesos de recuperación de residuos) depositados en la línea de rompiente del oleaje, adoptando la disposición característica de cantos imbricados y los sedimentos finos, transportados por el viento a la postplaya, constituyeron un incipiente campo dunar, de escaso relieve, con desarrollo de dunas remontantes sobre el acantilado.

Casi a la par de iniciarse los vertidos, comenzaron las operaciones de extracción de materiales de los depósitos playeros para su aprovechamiento y reutilización, actividad que aún se continúa en la actualidad. Inicialmente, y con métodos casi artesanales, se recupera tan solo chatarra y refractario (paradójicamente parte es reutilizada por la propia Ensidesa). Con posterioridad los residuos extraídos tienen otras aplicaciones tales como la rectificación de suelos ácidos y la construcción de basamentos o firmes de carretera.

La actividad de recuperación de residuos para su reutilización, fue desmantelando gradualmente los depósitos playeros, por lo que en la actualidad, apenas si son simple testimonio las formas y estructuras de origen antrópico. No obstante los restos existentes, junto con los registros fotográficos, nos permite tener información y referencia de esta incipiente e interesante época del Cuaternario en Cabo Negro (Gozón), el Antropoceno.

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