La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Saúl Fernández

Crítica / Teatro

Saúl Fernández

El toque Dwyer para las tinieblas

“Misery” ya es una de las mejores producciones asturianas del año. Y eso que, de momento, sólo ha vivido su estreno –antes de anoche, en el teatro Palacio Valdés–. La compañía “Saltantes” –la de Luis Alija y Nerea Vázquez– ya ha vendido ocho funciones del espectáculo: una barbaridad a este lado del Pajares. Las artes escénicas regionales se mueven casi, casi por la misma línea roja que la de los artistas del hambre.

Alija y Vázquez se metieron con el guion que escribió William Goldman –el de “La princesa prometida”, no lo olviden– y hace un año comenzaron a trabajar en la producción que echó a andar en Avilés este miércoles pasado.

Como productores son de componer equipos redondos. Y con un texto tan espectacular (salvo el epílogo) no han decepcionado: la dirección de Andrés Dwyer, el vestuario de Azucena Rico, la ambientación sonora de Álvaro Bárcena, la escenografía de Nuria Trabanco... “Misery” es una producción memorable que se llevó como premio el aplauso de los espectadores que acudieron al Palacio Valdés en romería. El teatro asturiano es mejor cuando se evade de sus propios complejos.

Dwyer dirige a los dos actores principales (el tercer personaje es escasamente funcional) con tiento, aunque, al principio parezca un tiento sincopado en exceso. Vázquez está verdaderamente tenebrosa. Alija comienza con la poca fuerza de un herido en una tormenta de nieve y uno entonces pide que acople la peripecia de su criatura a la escena y, cuando eso sucede, uno respira con alivio. Los tres tienen sobre sí la losa de Kathy Bates, James Caan y Rob Reiner –los de la película de 1990–, pero los tres logran independizarse del referente más clarificador y por eso esta “Misery” es grande. Hubiera podido ser gigante si las escenas físicas –las que no tienen diálogo– fueran menos detalladas o si el epílogo y la carcajada salvaje no existieran... La contención del toque Dwyer acongoja. No se la pierdan.

Compartir el artículo

stats