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Francisco Zarracina

Llega el asfalto y trae la decadencia

El cambio de los pavimentos tradicionales y característicos de Avilés por hormigón pulido y aglomerado impreso en espacios emblemáticos

Avilés, villa bonita y galana, industrial y marinera, de comerciantes y artesanos, vieja villa; antigua e histórica villa que se encuentra en grave peligro de perder su valor, su encanto y su histórico existir.

De un tiempo a esta parte y sin saber motivo alguno todo lo histórico, antiguo, todo lo que caracteriza nuestra querida villa, tiende a desaparecer.

La fuente de la plaza de Pedro Menéndez fue la primera embestida que nuestro patrimonio ha sufrido, para posteriormente pasar a cambiar las losas del parque del Muelle por hormigón pulido o rugoso dependiendo la zona.

Pero no pensemos que ahí se quedó el feroz ataque al patrimonio local, ni mucho menos: los pavimentos de la plaza Hermanos Orbón sufrieron el cambio de gruesas losas por el asfalto rojizo y el hormigón pulido en las áreas soportaladas; y en la plaza de La Huerta, al final de Santa Apolonia, se va a cambiar el suelo de canto rodado de una original plaza seguramente que por más asfalto.

Leo el martes en LA NUEVA ESPAÑA, y quedo perplejo, que "Avilés usara pavimentos continuos, como en el Muelle, en las nuevas reurbanizaciones". El Ayuntamiento dice o amenaza con que cada vez habrá menos baldosas y adoquines en Avilés y que aplicará pavimentos continuos siguiendo el ejemplo de los acabados en la calle del Carmen, el parque del Muelle o la plaza Hermanos Orbón.

Avilés tiene una característica de color, los colores blanco, negro, gris y granate de sus soleras, de sus losas, llevan marcando históricamente su estilo. ¿Alguien se imagina las calles de Rivero, Galiana y muchas más con el asfaltado que ya por desgracia vamos conociendo y se está imponiendo en nuestra villa? ¿O el suelo soportalado de Galiana sin los cantos rodados porque su mantenimiento es más barato con asfalto?

El gusto es libre, pero el respeto a nuestro patrimonio debe de estar por encima de los caprichos de cambios inútiles que no tratan de hacer otra cosa que dar la imagen de actividad cuando las elecciones municipales se acercan.

Es urgente y completamente necesario que el Ayuntamiento ponga freno a tal desastre histórico que pretende realizar.

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