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Saúl Fernández

Crítica / Teatro

Saúl Fernández

El vuelo del cuco y la cuca

"Els Joglars" presenta en Castrillón con aplausos su última producción

En "¡Que salga Aristófanes!", la última producción de la legendaria compañía "Els Joglars" –sesenta años en la escena, cuarenta espectáculos consecutivos, dos directores de relumbrón (Albert Boadella y Ramón Fontseré)–, hay un catedrático de Clásicas expulsado de la Universidad que está encerrado en un laberinto y un periodista que, porque escribía "de forma binaria, se metía en unos jardines..." Y también un politiquillo vegano, de esos que dicen "ellos, ellas y elles..."; una especie de "Alguien voló sobre el nido del cuco" salpimentada de "Marat / Sade" y cubierta por el manto de las nuevas inquisiciones. Las más fáciles de reventar: "Hay que aplicar el protocolo", dice el político que llega. "Y la protocola", expande la directora del centro de reeducación psicocultural con un dédalo por jardín. Maoísmo reconstruido, teatro dentro del teatro. Y homilía bien tras homilía bien.

Y ahí es cuando el espectador se borra. No se borra cuando los diálogos se asemejan a "sketches" de los hermanos Marx. "Vamos a dejarnos de informes", sueltan los dos "cuerdos" de esta colección de tristes expulsados de la sociedad. Y es que, porque "¡Que salga Aristófanes!" es una sátira, también es un drama melancólico y triste. Y ahí es cuando el espectáculo enternece.

El Centro Cultural Valey de Piedras Blancas se llenó antes de anoche. El público recibió con aplausos a la compañía catalana que no es nueva en el escenario castrillonense, que acogió "Zénit" y "Señor Ruiseñor", su penúltimo y antepenúltimo espectáculos. "¡Que salga Aristófanes!" preparaba su estreno nacional en Avilés. La pandemia lo imposibilitó. La comedia de las cancelaciones finalmente se hizo realidad.

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