La mañana en la que el socialismo asturiano respiró: así se vivió en la FSA el discurso de Sánchez

En la Federación Socialista Asturiana había pesimismo por el silencio de Sánchez y cierto temor a que presentase la dimisión

Vídeo de la primera reacción de Barbón tras conocer la continuidad de Sánchez: "Hay una enorme satisfacción en la FSA, estamos muy contentos, no lo podemos ni lo queremos ocultar"

Cada matinal del lunes, la cúpula del socialismo asturiano se reúne en la sede de la calle Santa Teresa de Oviedo para planificar el trabajo de la semana que viene por delante. Pero la cita del último lunes de abril de 2024 ya forma parte de la intrahistoria de la Federación Socialista Asturiana (FSA), porque poco antes de las once y diez se despejó el panorama, más allá todavía del cielo azul que mandaba en el centro de Asturias. La gente socialista respiró aliviada, según reconoció Adrián Barbón.

No faltó nadie significativo a una cita que este lunes no tenía nada de ordinario ni de rutina. Todo lo contrario. Allí estaban Adriana Lastra; el presidente de la Junta General, Juan Cofiño; la vicepresidenta del Principado, Gimena Llamedo; la portavoz socialista en el parlamento asturiano, Dolores Carcedo, y la vicesecretaria general y de Organización, Rita Camblor, además del secretario general de la FSA, Adrián Barbón, que pidió el acompañamiento de todos ellos y de Noelia Macías, Clara Sierra y Álvaro Valle, responsables de secretarías de la ejecutiva autonómica, para su comparecencia en la sala de prensa de Santa Teresa, a la que entraron sonrientes, que no eufóricos. Pero las caras serias y semblantes graves a juego con los discursos del comité federal del sábado y la concentración de apoyo ante la sede regional de la FSA habían quedado atrás. "Quiero expresar la enorme satisfacción que hay entre los militantes y las militantes de la FSA con la decisión que ha adoptado Pedro Sánchez. Estamos muy contentos, no lo podemos ni lo queremos ocultar", reconoció el líder de la FSA, mucho más tranquilo que en el colofón de su intervención en Ferraz, donde se había desatado como pocas veces se le ha visto, si acaso en algún mitin, al grito de "¡Rebelémonos!".

Lo habían pasado mal, reconoció Barbón, porque en el comité federal de Ferraz y en los saludos que cruzó a cientos con los militantes reunidos ante la sede federal "había una sensación pesimista, pero también había una esperanza. Y lo digo claramente: la esperanza venció al miedo".

Ni la dirección de la FSA, ni el Gobierno autonómico se habían puesto en la tesitura de "un plan B", en el caso de que Pedro Sánchez hubiera anunciado un punto final a su mandato como presidente y no el punto y aparte en el que finalmente ha quedado el periodo de reflexión de cinco días, en los que llegó a anidar el pesimismo por el silencio más inquebrantable del secretario general del PSOE. "La premisa siempre fue convencer al Presidente para que siguiera, ese fue el escenario en el que nos movimos", reconocía Barbón, que apenas hora y media del anuncio de Sánchez confesaba que no daba "abasto a contestar mensajes y atender llamadas de gente que ha respirado aliviada" con la decisión de Pedro Sánchez. Mensajes de satisfacción y alivio procedentes no solo del entorno socialista, sino también de la izquierda política y de "todos los progresistas y demócratas de esta comunidad autónoma".

¿Y ahora qué? Pues en las filas de la Federación Socialista Asturiana confían en que este episodio abra "una nueva etapa porque en estos días nos hemos asomado casi al precipicio", señaló el secretario general de los socialistas, que esta semana ha tenido muy presente la situación que rodeó la dimisión de Adolfo Suárez y ayer volvió a insistir en el argumento: "Hemos estado a punto de vivir la segunda dimisión de un presidente de la democracia por ese clima político tóxico y no es algo bueno. Todos sabemos lo que pasó entonces".