La penúltima jugada de Villaverde: ¿purga política o nueva etapa?

La revolución del Rector en el equipo directivo de la Universidad de Oviedo evidencia las tensiones internas que se vivían desde hace meses

Ignacio Villaverde

Ignacio Villaverde / Pablo García

La revolución de Ignacio Villavarde, rector de la Universidad de Oviedo, en el equipo gestor de la institución de cara a su segundo mandato se ha convertido en el primer asunto de discusión y debate en círculos académicos. De una tacada, el Rector prescindió de cinco colaboradores que le acompañaron desde 2021 e incorporó a seis fichajes. Desde hace meses se vivían tensiones internas.

Su decisión ha soliviantado a los sectores representados por los directivos salientes, que apuntan a una "purga política" de Villaverde. Según estas mismas fuentes, el Rector apuesta de esta manera por rodearse de un equipo muy afín y no tener contrapesos internos. "Villaverde no soporta gente que le lleve la contraria. Así se explica esta decisión", apuntan. Desde el entorno del Rector no dan crédito con esas acusaciones y las atribuyen al "mal perder" de los directivos que han salido de primera línea. En resumen.

Villaverde ha prescindido de tres vicerrectores: Humberto Rodrígez, Begoña Cueto y José Miguel Arias Blanco. Jesús Daniel Santos pasa de Vicerrector a Delegado y Secundino González y Miguel del Valle, ambos delegados, cesan en su puesto. Pero cada caso es distinto. Varias fuentes consultadas apuntan a que Villaverde chocó especialmente con Humberto Rodriguez, que era vicerrector de Relaciones Institucionales y Coordinación y uno de los "purgados", en opinión del sector crítico con el Rector. Desde el entorno de Villaverde se apunta a situaciones muy difíciles de gestionar y a que Rodríguez, siempre según esas fuentes, llevaría tiempo propiciando tensiones en el equipo rectoral. No lo entienden así en la corriente crítica con Villaverde, que describen a un Humberto Rodríguez cuyo único pecado fue "no callarse sus opiniones en ningún momento". Los mismos motivos explicarían el adiós a Secundino González, según este sector. Otra de las fulminadas fue Begoña Cueto, que era vicerrectora de Transferencia y Relaciones con la Empresa, también muy distanciada de Villaverde en los últimos meses. Según varias voces, la propia Cueto era reacia a seguir en su cargo. Villaverde le traslado su decisión en un breve aparte durante el Foro de Trasferencia, que se celebró la semana pasada en Gijón. Fue un visto y no visto. Desde la parte crítica con el Rector consideran que Cueto había mostrado sus discrepancias en varias ocasiones en relación a decisiones estratégicas de Villaverde, lo que ahora explicaría su cese. La versión que sale del entorno cercano al Rector es distinta. Las fuentes consultadas describen a una Begoña Cueto al margen del equipo rectoral, por libre, lo que hacía imposible la convivencia.

La situación de las otras dos bajas es muy distinta. Por un lado, está la salida de Miguel del Valle, que era delegado del Rector para la Coordinación Biosanitaria y de la Salud. En este caso, la lectura que se hace en muchos círculos es que, superado el covid, ya no tenía sentido esa delegación.

El otro Vicerrector saliente es José Miguel Arias Blanco, que ocupaba la cartera de Gestión Académica y del que se tiene gran estima en el equipo de Villaverde, donde explican los cambios en los nuevos retos que necesita la Universidad una vez constituidos los nuevos grados.

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