Opinión | Crítica / Teatro

El rey de la tormenta

"Els Joglars" regala a don Juan Carlos la comedia de su soledad

Don Juan Carlos de Borbón en medio del Golfo Pérsico es como Groucho Marx en medio de Freedonia. "Els Joglars" montan "El rey que fue" y los hermanos Marx, "Sopa de ganso". Uno, que sabe de la historia larga de la compañía que fundó Albert Boadella, esperaba algo semejante al "Ubu President" o al número aquel de la Moreneta y Javier Gurruchaga. Pero no. Antes de anoche, en el centro cultural Valey de Piedras Blancas lo que hubo fue un homenaje cariñoso a un jubilado que arrastra el peso de su gloria en un barco que quizá se hunda o algo así.

En "El rey que fue" se ve al Borbón tocador de señoras, al corrupto, se insinúa que el tricornio de charol de Tejero impidió el paso adelante del monarca durante aquel intento de golpe de Estado. Y, a la vez que hay todo eso, no hay una censura transparente a los abusos históricos, a su relación con Franco, a la traición a su padre... No es una parodia, es una comedia que, en cierta manera, bebe de "Macbeth" –la ensoñación de la tormenta–, pero también de "Ricardo III" y del reino y el caballo y hasta de los propios "Els Joglars" (el final es un homenaje a "Yo tengo un tío en América"). "El rey que fue" es una comedia, a veces loca –cuando tira los móviles–, pero las más de las veces es un melodrama sobre la soledad de un anciano. Y viniendo de "Els Joglars" quedó raro.

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