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El balcón del puerto Maravio

El balcón del puerto Maravio

Oviedo, Ángel

FERNÁNDEZ ORTEGA

Empezamos la ruta en Valmayor, pueblo de Teverga que se localiza a una altitud media de 850 metros bajo la ladera sur de la sierra del Oral. Actualmente es un núcleo eminentemente rural, con casas que conservan la topología arquitectónica popular de los pueblos del concejo y al que se accede por medio de la carretera local TE-3 con el desvío desde Santianes, distante 6,2 km de Entrago. Su iglesia parroquial, dedicada a San Pedro, se sitúa a la entrada del pueblo, como también el aparcamiento público de su plaza. Allí mismo llama la atención la fuente restaurada en 2005, que tiene una cabeza tallada. También contemplamos la casona restaurada de los Miranda Flórez (siglo XVII), con escudo heráldico y capilla y una buena panera bajo la cual se conserva un viejo molino.

Nos vamos a Maravio por una hormigonada pista que arranca hasta un lavadero público. Allí giramos a la derecha afrontando una subida entre las últimas casas del pueblo y, superadas las mismas, abordamos el asfalto de esta carretera. Cruzamos por un abrevadero avanzando por extensas praderías que se descuelgan de la sierra de la Oral y de La Padiella. Alcanzamos el crucero de la braña de del Pico Fresno señalizado P. R. AS-72, y seguimos con la sostenida ascensión hasta llegar a Vega Cimera, en el costado occidental de Maravio (1.083 metros) hasta hacer 2,4 kilómetros en 40 minutos de marcha.

Una nueva flecha indicativa nos señala la dirección a la ermita de Santa Cristina. Variando el rumbo de la marcha a la izquierda, nos vamos por una pista de tierra que sustituye al viejo «camín francés», ascendiendo de manera sesgada por la ladera de La Granda de La Oral entre cotoyas. Atravesamos una campera y un pequeño bosque de haya hace acto de presencia. La traza de la pista queda impresa en la ladera, bajo la cual asoma el valle de Villamayor y el resto de las montañas de La Mesa.

Después enllanamos ligeramente e incluso descendemos hasta presentarnos en Santa Cristina (1285 metros, habiendo realizado 4,3 kilómetros en 1 hora y 20 minutos de marcha), donde afloran grandes piedras de cuarcita de un dolmen expoliado.

El «camino de los Moros», denominado también como el «camín francés», cambia de vertiente al Norte y se pierde en dirección a Vicenturo por las brañas de La Vega, llano de Xugadoiro, Cabezo y Faxeán, mientras que hacia el lado opuesto descendemos ligeramente hacia una cuadra cuyas piedras son originarias de la capilla de Santa Cristina, desaparecida hace muchos años. El dueño de esta finca, un señor oriundo de Villamayor, compró ya hace más de un siglo estas piedras y levantó la cuadra situada en un lugar privilegiado que ofrece buenas panorámicas hacia el valle de Teverga. Es una historia que me relató hace años una de sus hijas, ya desaparecida. Actualmente la cuadra está regida por la quinta generación.

En torno a Santa Cristina se cuentan muchas leyendas con referencias a tesoros y changas, incluso allí han aparecido huesos humanos y herramientas enterradas pertenecientes a buscadores de tesoros.

Retornamos al collado para tomar un sendero que radicalmente cambió el destino al Norte. Por ahí nos dirigimos a Peña Cruzada, la montaña más elevada de la sierra de La Granda, o de La Llomba. El sendero busca entre el mar de cotoyas ese destino, cruzando por el primer escollo de La Brañeta, y por el perfil cumbrero traspasamos el montículo de las peñas de Imedio hasta alcanzar la pedregosa cima de Peña Cruzada (1.369 metros), cuando, tras dos horas de marcha, llevaremos 6,3 kilómetros recorridos. En esta montaña se funden los municipios de Grao, Teverga y Yernes y Tameza, y antiguamente se levantaban tres cruces que daban vista a cada municipio. Curiosamente fue un lugar privado que estaba cercado como «miriu» particular de ganado. Desde la cima se abre al septentrión el valle del Cubia, mientras que al Sur el puerto de Maravio muestra a sus pies todo su esplendor.

Retornamos a Santa Cristina y desde allí variamos el rumbo de la marcha hacia Villamayor por el viejo camino de La Granda, que ha sido recuperado recientemente. Es un atajo que antiguamente usaban los pastores y por donde descendemos de manera vertiginosa y paralelos al arroyo. Castaños, arándanos y avellanos cubren la mayor parte del apretado territorio como vegetación más representativa. Al final del mismo, pronto enlazamos con el viejo camino de Maravio y con la carretera de acceso (913 metros). Después vamos recuperando la corta distancia que nos separa de Villamayor (845 metros) y totalizamos los 10,1 kilómetros del recorrido en 3 horas y 30 minutos de marcha.

lRecorrido:

Villamayor-Vega Cimera-Santa Cristina-Peña Cruzada-Villamayor.

lDuración:

3 horas y 30 minutos.

lDistancia:

10,1 kilómetros.

lDesnivel:

519 metros.

lDificultad:

Baja.

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