"Desde el principio nos pidieron que nos comportáramos en todos los sentidos, que fuéramos conscientes de la camiseta que vestíamos, que no solo estamos ahí por como jugamos, sino también por cómo somos". Esa fue una de las primeras premisas que recibió hace una semana María Echezareta, al llegar a la concentración con la selección española sub 16, pese a que solo cuenta con 14 años. La joven guardameta no es la primera avilesina que está en las listas nacionales para su posición: Sita Méndez, en 1989, ya debutó con la selección absoluta en un amistoso. Ahora, Echezareta está dispuesta a convertir en tradición que la portería de la Roja tenga sabor avilesino.
"María Echezareta es una niña encantadora y una portera que tiene unas aptitudes y actitudes que ya la han llevado a donde le han llevado y que llegará a más. Es muy disciplinada y deportista, que son los condimentos idóneos para que tenga éxito", afirma Sita Méndez, que la conoce bien. María Echezareta dejó este verano el Femiastur, que preside Sita, para ir al Oviedo Moderno, donde juega en el filial. Y es que aun no tiene la edad para jugar en Primera División: "Además de la edad, es algo muy complicado, pero mi sueño es jugar en Primera y para eso estoy trabajando y en Oviedo está más cerca", señala la portera. En el Femiastur, estuvo las cuatro últimas temporadas y antes comenzó a jugar al fútbol en el San Fernando, con cuatro o cinco años.
Para Sita Méndez, vestir la camiseta de la selección fue también un sueño cumplido. "Me convocaron para jugar un partido en el Vicente Calderón, un amistoso previo a la final de Copa del Rey entre el Real Madrid y el Valladolid. Jugamos el amistoso y luego nos pasamos a la grada, al lado del palco con el Rey, y disfrutamos viendo a Chendo, Schuster, Butragueño, Hugo Sánchez y a Fernando Hierro, que fue su último año en el Valladolid. Me hice fotos con algunos de ellos, pero ahora no las tengo, porque de aquella mis posibilidades económicas eran limitadas y no tenía cámara", recuerda la presidenta del Femiastur.
Con todo, lo que recuerda con más emoción es verse en césped: "Estaba rodeada de gente y cuando nombraban la alineación, ver en el marcador 'Méndez' y que sonara en el Vicente Calderón mi nombre. Es un premio, a lo máximo que llegué en lo deportivo", sentencia Sita. Ese es el sueño que persigue María Echezareta: "Esa frase de vestir los colores de la selección me emocionó mucho. Todas las que estuvimos allí tenemos un sueño y queremos volver a estar convocadas y eso hizo que los entrenamientos subieran mucho de intensidad. Aunque lo que nos mandaran hacer no fuera muy exigente, las propias ganas que le poníamos nosotras ya nos hacía dar el 200 por cien", explica la joven.
Las sensaciones de los cuatro entrenamientos que realizó la joven portera avilesina en Las Rozas fueron buenas: "Encontrarte con jugadoras de ese nivel te hace querer superarte, darlo todo. Siempre se mejorar, para eso estamos, pero yo creo que demostré lo que sé hacer. Por lo menos, sabes que ya te han visto, que algo les ha gustado y que he da do todo para seguir yendo. A ver si es así", sostiene Echezareta.
Las dos avilesinas que han vestido la indumentaria de la selección en la posición de guardameta, llegaron a la portería de forma parecida, aunque con diferentes sensaciones al respecto: "De pequeña no me gustaba jugar con las otras niñas y empecé a jugar al fútbol. Estaba de jugadora de campo, pero un año quedó un puesto en la portería y como me gustaba mucho andar por el suelo acabé de portera", explica María Echezareta, que no cambia su posición por ninguna otra del campo.
En cambio, Sita Méndez tiene una espina clavada. "Yo tenía una pequeña guerra con todos los entrenadores que tuve. Lo que realmente me gustaba era jugar de delantera, pero el primer año que jugué a fútbol, faltó la portera a un entrenamiento y dije 'bueno, me pongo yo'. Pues, ya no salí. La pachanga de los entrenamientos, por lo menos, me dejaban jugar en el campo, y cuando jugué partidos marqué siempre", recuerda.
Sita sí estuvo muchos años en la selección asturiana cosechando éxitos y ahora María está en su quinto año: "En la selección asturiana ahora todas nos conocemos. Ahora me puse más nerviosa, porque no conoces a la gente, aunque tenía la tranquilidad de que iba con otras tres compañeras de la asturiana -María Yenes, María Méndez y María Cienfuegos-. Cuando llegamos allí una chica que repetía nos fue juntando a todas en el aeropuerto y ya rompimos el hielo", recuerda Echezareta.
La seleccionadora nacional es ahora Toña Is, que fue el año pasado la entrenadora de la Asturiana: "Por un lado, tener a Toña en Madrid te tranquiliza pero, por otro, te exige más, porque sabes que te conoce y que sabe enseguida si has bajado el ritmo", explica la joven avilesina.
Como Toña Is, Sita tiene ahora un espacio de privilegio para fomentar el fútbol femenino, algo por lo que lleva luchando desde que dejó de jugar: "Me siento orgullosa de aquel partido que jugué en Madrid, pero, hoy en día de lo que me siento más orgullosa es, por ejemplo, de María Echezareta y de otras muchas niñas que están en la escuela del Femiastur y que van a tener una proyección como la de María. Llevaba muchos años soñando con un proyecto como el que estamos llevando a cabo en el Femiastur", explica la presidenta.
Y es que ella no tuvo fácil jugar al fútbol. Probó en el baloncesto y hasta en el tenis de mesa: "En cuanto tuve cierta independencia para desplazarme, me fui a fútbol que es a lo que jugaba en el barrio de La Luz con mis amigos. Con catorce años me cogía el tren a Oviedo para ir a entrenar", afirma.
Ahora, María Echezareta le toma el relevo en el campo y cada una luchará por su sueño, aunque las dos tienen en mete seguir trabajando por el reconocimiento del fútbol femenino.
