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Un viaje de Avilés a Tokio

La pamplonesa Jaione Equisoain, plata en la última Copa de Europa de judo, se entrena desde esta temporada en la ciudad con la idea de lograr el billete para los Juegos de 2020

Un viaje de Avilés a Tokio

Jaione Equisoain, pamplonesa de 24 años, ha elegido Avilés para preparar su camino a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. "Para conseguir la clasificación necesito estar en junio de 2020 entre las 18 primeras del ranking. Después de un año duro, casi sin poder competir por una lesión, ahora estoy la 23, con lo cual, si sigo en esta progresión entiendo que en el momento del corte estaré en esas plazas, que es mi objetivo", señala la judoka que inició esta temporada con el Judo Avilés.

Acaba de conseguir una plata en la en la Copa de Europa senior disputada en Portugal. Así, teniendo clara una meta a dos años vista, los pasos a seguir están claros: "El objetivo es estar siempre en las medallas. Yo soy bastante competitiva y cuando me desplazo a estas competiciones es porque tengo posibilidades", explica la judoka. Para este año, tiene puesto el punto de mira en el Campeonato del Europa y del Mundo, donde espera dar un paso adelante en el ranking.

"En este inicio de temporada iba con un poco de incertidumbre porque no había podido entrenar todo lo que quería por una lesión que tuve y que llevo arrastrando desde hace tiempo. Al final hemos conseguido un punto de forma bueno y desde aquí solo puedo mejorar conforme vayamos entrenando", sostiene Equisoain, que ya está recuperada y cuidándose al máximo para no recaer. No fue fácil, porque llegaba de un 2016 muy bueno y la lesión le frenó la progresión: "Creo que son cosas que llegan, que no puedes controlar. Fastidian, pero creo que lo único que puedes hacer es darle la vuelta, tomártelo lo mejor posible y trabajar para no volver a recaer. Sería fácil hundirme, pero para superarlo pensé que eso no me iba a ayudar a conseguir lo que realmente quiero".

Por eso, quiere volver a las sensaciones de 2016. "Cuando salen bien las cosas siempre hace más ilusión y recuerdas más la competición, porque hay veces que compites bien, no llega la medalla y te queda un mal sabor de boca. Para mí, quizás la competición que mejor me ha salido es el Gran Prix de Kazajistán (2016). Quedé plata, pero no solo fue el resultado, tuve un sorteo difícil y por el camino tuve que ganar a la campeona y subcampeona de Europa, a la tercera de Asia. Fueron combates muy duros, pero supe mantener la tensión, estar muy concentrada y los saqué adelante", recuerda la joven judoka. Ahí supo que podía llegar aún más lejos. "Ganar a rivales de ese nivel te hace ver realmente dónde estás y que puedes conseguir. Se disipan todas las dudas que puedas tener. Es una motivación".

Lleva unos meses en Asturias, desde el inicio de la temporada, y ya se encuentra como una vecina más de Avilés. "Estoy como en casa, solo me falta mi familia. Me he adaptado muy rápido, la verdad que todo el club ha hecho que me adapte así de bien", explica la judoka. De todas formas confiesa que no hay tanta diferencia con la ciudad que le vio crecer: "Tengo una vida relativamente parecido a como lo hacía en Pamplona. Vivo en el centro, cerca del polideportivo, puedo ir andando, todos los servicios a mano, en ese aspecto no ha cambiado mucho. Avilés es una ciudad tranquila y bonita, porque está muy cuidado. La verdad es que se vive muy bien aquí".

Como ella dice, Equisoain echa de menos a su familia, pero aquí a encontrado otra que también le ha arropado: "El Judo Avilés, es una familia grande, en todos los aspectos. Es fácil que en el tatami tengas amigos, porque coinciden edades, muchas veces vas a clase con tus compañeros, pero aquí las familias de los judokas también están ahí, porque por ejemplo en el Villa de Avilés, todos se vuelcan para ayudar y eso se nota".

Jaione Equisoain llegó a Avilés de la mano de su entrenadora en Pamplona, Yolanda Soler, que este verano también fichó por el club avilesino. Aunque también trabaja con el director técnico del club, Carlos Fernández, el contar con su entrenadora la ha facilitado mucho la adaptación al tatami del Quirinal: "Ya conozco a Yolanda, su esquema de entrenamiento y me gusta, estoy cómoda con ella. Carlos sigue siendo el entrenador del equipo y muchas veces estoy a sus órdenes. Yo soy una persona que en el tatami me cuestiono pocas cosas en ese aspecto. Lo que dice el entrenador se hace, porque algo sabrá de esto y siempre tiene una razón para mandar lo que sea". De hecho, es Carlos Fernández quién ha cogido las riendas de la preparación física. "La verdad es que también me estoy adaptando muy bien. Siempre está pendiente de que todo lo que hacemos sea para sumar y que estemos trabajando en la dirección correcta", señala la pamplonesa.

Para conseguir estar en Tokio, la rutina de entrenamiento de Equisoain es impresionante: A diario, una sesión de físico por la mañana (gimnasio o carrera) y sesión de judo de ejercicios técnico-tácticos y. por la tarde, otra sesión de judo de randori, de combate. "Suena más duro de lo que es a veces", afirma entre risas. Y es que tiene claro cual es su papel: "Ya no es solo es el día a día de ahora, es un trabajo de años, de la base que vas trayendo de atrás. Cuantos más años llevas compitiendo a ese nivel, más notas la mejoría".

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