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La recompensa del pionero

El langreano Adrián Castro, capitán de la selección de fútbol para amputados, ha ayudado a situar al equipo cuarto de Europa y octavo del mundo con sólo 20 practicantes en España

La selección española de fútbol para amputados, con sólo veinte practicantes, acaba de colarse entre las ocho mejores del mundo, en el torneo disputado en San Juan de Lagos (México). Su capitán es Adrián Castro, nacido en León el 4 de enero de 1994, pero que vive en La Felguera desde los 12 años. A Castro -que nació sin el fémur izquierdo- le ha tocado hacer de pionero casi en solitario de una modalidad que sigue sin el amparo oficial de la federación española. Al menos en México pudieron lucir equipaciones oficiales, pero siguen funcionando como asociación. Espera que algún club profesional dé el paso de incorporarlos como una sección más para que el número de practicantes crezca hasta el punto de organizar una competición regular.

"Necesitamos muchos más", reflexiona Adrián Castro, que no acierta a explicarse las razones de tanta penuria. "Por miedo, o por lo que sea, la gente no se anima a probar", explica Castro, que fue uno de los precursores en España: "En enero se cumplirán cinco años. Hicimos una quedada entre cuatro gracias a un reportaje de Raúl Ruiz en Canal Plus". A partir de ahí "nos buscamos la vida. Primero fundamos la Asociación Española de Fútbol para Amputados, buscando el amparo de la federación. Ahora somos una de las quince modalidades incluidas en la Federación de Deportes de Personas con Discapacidad Física".

Adrián Castro explica la problemática asturiana por la que se siente tan solo: "La gran mayoría de amputados de aquí son gente de la mina, gente mayor a la que no le llama la atención el fútbol. Nos cuesta un triunfo que una persona venga siquiera a probar. Me parece que tampoco es tan difícil. Se trata simplemente de ir e intentarlo". Fue precisamente lo que hizo él, pese a los reparos iniciales de su madre: "Me educó como un niño más, me ayudó a ser más aventurero, pero cuando me tocó ir a la primera concentración, en Barcelona, me dijo que cómo iba a viajar sin conocer a nadie. Al final lo pagué yo con el dinero de mi cumpleaños".

Cinco años después, Adrián Castro es una referencia en el fútbol para amputados en España. Juega de defensa en una modalidad de fútbol 7 y fue nombrado mejor jugador del Europeo de este año, en el que España, con su cuarto puesto, logró plaza para el Mundial que se disputó en noviembre en México. "Lo ganó Angola, que tiene una liga con varios equipos. Segunda quedó Turquía y tercera Brasil. Nosotros estuvimos a punto de pasar a cuartos de final, pero tuvimos que conformarnos con el octavo puesto".

Todo un logro para una selección que se mueve en la precariedad: "Sólo podemos entrenar juntos una vez al año. Para ir al Mundial, por ejemplo, nos concentramos tres días antes de viajar a México. Nuestro seleccionador es Cristian Rodríguez, que se ofreció como voluntario hace tres años. Al principio le costó un poco adaptarse a nuestras peculiaridades. Ahora ya sabe lo que es cambiar muletas".

Cristian Rodríguez se apoya mucho en Adrián Castro, que ejerce de capitán: "Antes se decidía por antigüedad, pero para el Europeo se hizo una elección, en la que participaron tanto los jugadores como los entrenadores, y me eligieron". Sin torneos oficiales en 2019, además de ampliar la base para elegir, el siguiente objetivo de Castro y sus compañeros es el Europeo de 2020. Mientras tanto tendrá que seguir entrenándose con equipos de la cuenca del Nalón, que le dan todas las facilidades, a la vez que compagina con su trabajo en un concesionario automovilístico, de 9 a 13 y de 14.30 a 19 horas.

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