El Juzgado de Primera Instancia número 21 de Sevilla ha ordenado al Ayuntamiento de Ruesga (Cantabria) que proceda a la exhumación de un cadáver enterrado en la localidad de Matienzo para unas pruebas de paternidad en el marco de un juicio relacionado con una herencia de 3 millones de euros.

En la diligencia judicial, fechada el pasado día 11 y consultada por Europa Press, un letrado de esa administración sevillana indica al consistorio cántabro que adopte las medidas oportunas para desenterrar el cuerpo.

Esta orden se reitera después de recibir un exhorto negativo del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Laredo, al alegar el Ayuntamiento de Ruesga que carece de personal cualificado para sacar los restos óseos del nicho, pues únicamente dispone de un auxiliar administrativo y una secretaria interventora, así como peones de albañil contratados de forma temporal, durante cinco meses, a través de una subvención del Servicio Cántabro de Empleo.

Ante esto, el Juzgado de Sevilla recuerda al consistorio cántabro el deber de colaborar con la Justicia, y le advierte de que, en caso contrario, estaría incurriendo en un delito de desobediencia grave a la autoridad judicial.

Contra esa resolución cabe recurso de reposición en el plazo de cinco días a contar desde su notificación.

El letrado de la reclamante, una mujer de Sevilla, ha explicado que el objetivo de la exhumación del cadáver es intentar obtener la comparación genética de su cliente con los restos de un familiar directo, paso "decisivo" en este pleito.

Indica al respecto que su patrocinada es, supuestamente, hija no reconocida de un cántabro que falleció hace años, fue inhumado en Matienzo y dejó una "considerable fortuna" que habría generado en Sevilla.

Esta parte ha criticado el "descomunal retraso", de casi un año, para localizar la tumba, y que se suma a la demora que acumula todo este proceso de "más de cuatro" años.