Por fin el señor Zapatero dio su primera entrevista en el programa «59 segundos», yo, que dormía mal, al fin ZP me hizo conciliar el sueño, sabiendo que España es la octava potencia mundial, ignorante de mí, y yo pensando que estábamos en crisis, los que pensáis como yo, tranquilizaros, que los que sufren el paro y la recesión son otros, nosotros sólo sufrimos una desaceleración.

La construcción ha caído, pero el señor ZP encontró otro sustituto, la industria, que está dando pasos de gigante gracias al I+D+i; ¿dónde están esas industrias? ¿Os lo creéis? Para el señor ZP hablar de economía es como el que habla de meteorología, que nunca acierta.

ZP, has tenido una actuación muy inteligente diciéndonos más de lo mismo, ¿le ha creído alguien?, con suerte sus oponentes, que estuvieron serviles, educados y sin contrariarle, sálvese don Fernando Ónega.

Los telespectadores atónitos estamos acostumbrados a ver entrevistas con los mismos periodistas, pero distintos personajes, donde pasamos vergüenza ajena y lo único que nos queda es hacer zapping.

No sé cómo me estoy enrollando con usted, pues en cifras no coincidimos, claro que yo represento al pueblo y éste de potencia sólo sabe la de la luz y de potencial la que tiene nuestro bolsillo, para hacer la compra diaria.

Mi querido presidente, los de a pie no sabemos de cifras macroeconómicas, lo dejamos, lo mismo que usted, para los economistas, pero le digo lo que yo haría, cuando tenga que informar hágalo con veracidad y rigor, pues ya nos supera tanto engaño.

La construcción tocó techo y con ello las industrias subyacentes, fábricas de puertas, ventanas, cristales, etcétera, fueron años con la vista en ella, mientras las alternativas que teníamos, unas las hemos ignorado y otras se nos fueron: ejemplo, las textiles, somos los primeros importadores de confección hecha en China, cuando el capital es de empresarios españoles.

Ahí es donde debe de ir su apuesta: los españoles estamos capacitados para hacer casi todo. Estudie cada región para explotar su potencial de riqueza, que es mucha y diversa, que nos daría para consumir y exportar.

Otro gran intento que debe de hacer su Gobierno es modificar el horario laboral para que las familias tengan su charla diaria, cambien impresiones, traten diferencias, etcétera. ¿Dígame en qué país se cena a las diez de la noche?, sólo y ahora en el nuestro porque está desestructurado.

Anule tanta fiesta-puente y sume esas horas al día a día que es como queremos vivir, porque estamos siendo víctimas del síndrome del placer aplazado. Adapte nuestro trabajo a nuestra cultura y dejémonos de tanto americanismo, que sólo produce enfermedades.

Cada país necesita su traje a medida para que le encajen bien las piezas.

Yo le doy la solución: «Sólo tiene que reprogramar el cerebro de nuestros dirigentes para cambiar su comportamiento, ¡se puede hacer!, se lo dice el gran bioquímico Joe Dispenza...

Pero yo de lo que quiero hablar, puesto que no me invitó a la tertulia, es de la España que me «pone», mi España, que no es la suya. ¿Dónde está? ¿Quiénes la hemos mutilado?

A ver si entre todos resolvemos este puzle. Fueron los políticos que no han sabido explotar su gran riqueza, fueron los educadores que al ser tan progres han perdido el respeto del alumnado, fueron los cantautores que tocaron a todos nuestros hijos y los de ellos los dejaron a buen seguro, fueron las cadenas de televisión exhibiéndonos tanto cutre «freaky», ganando un dinero fácil e ilusionando a nuestros hijos que estaban sin madurar. Claro, que a todo esto lo llamamos fenómeno social. Qué bien suena, ¿pero qué quiere decir? Lo sabéis, otros no menos importantes hemos sido los padres y en gran medida las madres, que no supimos pasarles el testigo. Me exacerban las malas formas, la falta de respeto y la poca educación.

Termino diciendo: «No se es presidente, se ejerce». Sus opiniones son libres, pero sus hechos son sagrados y por ello seguiré opinando.

Chelo Arrojo

Pola de Siero