Mieres del Camino,

David MONTAÑÉS

El cáncer de estómago es uno de los más difíciles de identificar por la carencia de síntomas específicos. Faustino Pozo Fidalgo apunta que si bien en ocasiones se pueden identificar algunas manifestaciones, «es frecuente que el enfermo no perciba ninguna anomalía». En algunos casos, se perciben pérdida del apetito, dificultad para tragar, náuseas y vómitos, exceso de gases, pérdida de peso y deterioro general de la salud.

La mayoría de los casos se diagnostican entre los 65 y los 80 años, con un máximo entre los 70 y 75, aunque se registran casos desde los 35 o 40 años. Su incidencia tiende a disminuir en todo el mundo desde hace aproximadamente 40 años, aunque, según reconoces los expertos, no está muy claro el porqué. En países desarrollados ha disminuido hasta un 60 por ciento, probablemente debido a un descenso en el consumo de alimentos en salazón, ahumados y curados, y paralelamente un aumento del consumo de alimentos frescos, sobre todo fruta y verdura. «En principio, aunque no se puede afirmar con rotundidad, parece que lo más problemático son los ahumados y los conservantes», indicó el doctor Pozo Fidalgo.

La extirpación quirúrgica de la parte dañada del estómago (gastrectomía) es el único procedimiento curativo que existe en la actualidad, aunque la terapia por radiación y la quimioterapia pueden traer también beneficios adicionales. Un estudio reciente mostró que para algunos pacientes, la radioterapia y la quimioterapia administradas después de la cirugía mejoran las posibilidades de curación.