Lugones,

Manuel NOVAL MORO

Los jóvenes futbolistas lugonenses Adrián González Sánchez y Guillermo Fernández Martínez tienen todas las papeletas para ser enemigos irreconciliables: uno juega en el Sporting, otro en el Oviedo, uno es del FC Barcelona y el otro del Real Madrid. Sin embargo, son buenos amigos. Jugaron juntos en el San Félix, el equipo local, y pronto destacaron.

Adrián González metió más de cien goles cuando jugaba en pista y sus cualidades no pasaron desapercibidas. Pero por su constitución física estaba llamado a apartarse de la portería contraria. Ahora juega en el Sporting de defensa central.

Su compañero de fatigas en el San Félix, Guillermo Fernández, jugaba de portero en su equipo y ahora juega en el Oviedo, como es obvio en el mismo puesto.

Ambos tocaron la gloria el año pasado en San Lorenzo de El Escorial, en Madrid. Allí se jugó entre los días 1 y 4 de mayo el Campeonato de España de fútbol alevín. Los dos fueron convocados para jugar con la selección asturiana, que demostró su buena forma arrasando en todos los partidos a las mejores comunidades autónomas. En la final se enfrentó nada más y nada menos que a Madrid en su propia casa, pero los anfitriones nada pudieron hacer con el rodillo asturiano. Fue toda una fiesta para los jóvenes deportistas y también para todos los padres, que se convirtieron en la hinchada más alegre y ruidosa del torneo (tenían razones para ello).

Adrián, que aspira a ser como Kaká, y Guillermo, que quiere convertirse en el nuevo Casillas, participaron en duros entrenamientos desde febrero hasta mayo, sacrificando muchas horas a la semana, pero todo mereció la pena. Volvieron a casa con una flamante medalla de oro, que lucen con orgullo. Por un error, no estuvieron en la Gala del deporte de Siero. Fue la gala la que perdió.