Grado,

Lorena VALDÉS

En el aparcamiento de El Charcón compiten cada domingo numerosos restaurantes de Grado e incluso los de los concejos más próximos por atraer a los visitantes del mercado moscón a sus mesas. Los hosteleros reparten, coincidiendo con el apogeo de la cita comercial, llamativas octavillas con los menús que se pueden degustar ese día en sus negocios. Una estrategia publicitaria que parece dar resultado, ya que cada día son más los restaurantes que se suman a una iniciativa que pronto será regulada por el Ayuntamiento. El Consistorio prepara una ordenanza municipal, que entre otros asuntos pretende regular el modo en el que se reparte esta publicidad, para evitar la acumulación de papeles en el parking y por las calles de la villa, una vez finalizado el mercado dominical.

El Ayuntamiento justifica esta medida reguladora del reparto de las octavillas «en que la mayoría de los visitantes, después de leer los menús, tira al suelo los papeles y se acumula mucha basura en El Charcón, lo que aumenta considerablemente la tarea de los barrenderos». La concejalía de Medio Ambiente estudia cómo conjugar limpieza y publicidad para no perjudicar a la hostelería y a la vez seguir siendo una de las villas más limpias de España. Un título certificado con la «Escoba de platino», el galardón que otorga cada dos años la Asociación Técnica para la Gestión de Residuos y Medio Ambiente y que Grado logró en 2010. En las ediciones anteriores había recibido la de oro.

Mientras el Consistorio trabaja en esta ordenanza, que pretende también controlar la pegada de carteles publicitarios en las paredes de los edificios, los repartidores seguirán cada domingo intentando que su octavilla sea la más visible en los parabrisas de unos coches que pueden llegar a acumular más de media docena de panfletos. Imposible que no se abra el apetito tras una animada mañana de compras.

El Ayuntamiento moscón también tiene previsto retomar la normativa de seguridad y convivencia de ciudadanos, en fase de elaboración desde 2010, que tiene por objetivo que en los espacios públicos del municipio reinen el respeto y la armonía entre las distintas generaciones. En Grado, las cosas van a empezar a ir por el libro.