Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

Ramón Madera, un candasín definido a sí mismo como de los «que pacen», dio ayer el pistoletazo de salida a las fiestas del Santísimo Cristo de Candás con un pregón en el que hizo especial hincapié en resumir las virtudes de la villa marinera vistas desde fuera, y en las conexiones de la villa con el mundo de la minería, que le son tan familiares. Madera, ex director de producción de Hunosa, se confesó ante el numeroso público congregado en el Teatro Prendes de Candás, y aunque reconoció no haber nacido en la capital de Carreño, recordó el dicho de que «uno no es de donde nace, sino de donde se pace».

«El único título que me relaciona con Candás es el de ser veraneante, aunque tengo el pequeño mérito de haberlo sido, hasta ahora, durante 45 años», dijo nada más empezar su discurso. La perspectiva del foráneo es lo que le ha permitido hacer un análisis objetivo del paso del tiempo en la villa marinera en los últimos años: «Los cambios que se han producido en el pueblo, y conocer muchas de las virtudes de las gentes de Candás».

«Como además de veraneante soy minero de oficio y vocación, porque la mina, casi como los sacramentos, imprime carácter para siempre, no puedo dejar pasar esta ocasión sin hacer referencia a las muchas similitudes que se dan entre la mar y la minería», señaló, para recordar que en ambos casos, «unos hombres están dispuestos a enfrentarse a la Naturaleza para arrancarle parte de sus riquezas, con las que puedan garantizar su sustento».

Y entró en la romántica de las dos profesiones, la de minero y la de marinero, para recordar sus aspectos más trágicos, «con la diferencia de que el subsuelo parece ser más complaciente que la mar y devuelve a sus víctimas».

De hecho, recordó que «Candás hace mucho tiempo que se ha dado cuenta de las similitudes entre esos dos mundos, en apariencia tan distintos, y por eso ha institucionalizado los encuentros de la mina y la mar, que han servido para hermanar Carreño con los ayuntamientos mineros».

Un hermanamiento que, recordó, «tiene una representación bien patente en el monumento que desde 1998 adorna una zona en la parte trasera del Ayuntamiento».

Entrando ya en el terreno religioso que motiva las fiestas para las que fue nombrado pregonero, Madera señaló que «ninguno de los avatares que ha sufrido Candás a lo largo de su dilatada historia han hecho perder a sus gentes un ápice del apego a las tradiciones, y en primer lugar la de su Cristo». Y es que se mostró especialmente simpático con la devoción que los candasinos profesan por su patrón marinero «al que reciben como propio, pero dispuestos a convertir su devoción inicial en multitudinaria», en el «segundo santuario de Asturias, tras Covadonga».

Tras el pregón de Ramón Madera, sonó con estruendo el chupinazo de las fiestas, y con un concierto del Coro gijonés «Mateo Bullón» se dieron por inauguradas unas fiestas que tendrán su punto más álgido hoy con la celebración de la alborada, a partir de las siete de la mañana, y, posteriormente, desde las 11.30, con la procesión del Santísimo Cristo de Candás.

Ésta saldrá de la iglesia de San Félix y hará un recorrido por las principales calles de la villa, antes de volver al templo. Ya por la tarde, desde las 19.30 horas, tendrá lugar el tercer certamen de canciones de chigre, con la participación de todo el público que desee cantar, y durante el cual se hará entrega de la «Marañuela de oro» por parte de la Asociación de Hostelería de Candás.