Es fresco, económico y, encima, del Cantábrico. ¿Qué más se puede pedir? La oleada de clientes que toma todos los días el establecimiento de la Cofradía de Pescadores de Candás, la primera en Asturias en abrir un puesto de venta directa de pescado en la rula, es cada vez más potente. Hasta las instalaciones del muelle de la villa se acercan, cada mañana, cientos de personas en busca de un rico salmonete, unos calamares o un kilo de bocartes. Pero lo curioso es que no sólo son candasinos, sino que también luanquinos, gijoneses, ovetenses, avilesinos... Toda Asturias quiere saborear pescado del día, aunque ello suponga en muchos casos coger el coche y recorrer kilómetros. En cualquier caso, gastar gasolina siempre habrá merecido la pena si lo que uno se lleva a la boca son los manjares del Cantábrico.

«Aquí ves las lanchas llegar y los peces todavía vivos. Sabes que lo que compras es fresco, aparte de que el sabor es muy bueno», explica María Amparo Iglesias, de Gijón, que acude con frecuencia a Candás para realizar sus compras y que en esta ocasión se lleva a casa chipirones y calamares. Como ella piensan el resto de clientes. «Yo soy de Oviedo y vengo de vez en cuando porque lo que te ofrecen aquí es fresco y está más barato que en cualquier otra pescadería», dice Aurelio González, con dos bolsas en la mano cargadas de bocarte y chopa.

Tampoco la hostelera candasina Carmen Loredo se lo piensa dos veces a la hora de adquirir buen pescado para su negocio. «Si tenemos la oportunidad de poder comprarlo del día aquí, ¿para qué vamos a ir a otro sitio? La única diferencia es que no te lo limpian, no obstante, eso es lo de menos».

Unos salen airosos de la compra. Pero otros, en cambio, siguen a la cola esperando su turno sin perder de vista una guapa merluza, unos frescos bocartes o la lubina del fondo. Mientras tanto, las cajas con nueva mercancía siguen llegando, al tiempo que los clientes se van animando más y más a sacar la cartera. «¿Quién va ahora?», alza la voz José Ángel Gutiérrez, el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Candás. «Yo. Ponme un kilo de bocartes y otro de sepias», responde una mujer.

El goteo de pedidos por parte de clientes asiduos y otro nuevos es incesante. «Es la primera vez que vengo y me parece que está muy bien. Desde luego, que para repetir. Además, los precios están más baratos que en otros sitios. Por ejemplo, yo pagué por los salmonetes quince euros, mientras que una pescadería te costarían diecisiete. Pero bueno yo creo que la gente que viene es más por la frescura, que por el ahorro», sostiene la andaluza Toñi Rodríguez, residente en Luanco.

Con este nuevo mecanismo de venta directa en la lonja de Candás parece entonces que tanto consumidores como pescadores salen ganando. Ambos se van a casa con una sonrisa dibujada en la boca. Y es que desde que hace año y medio José Ángel Gutiérrez comenzase a llevar el timón, el balance no puede ser más positivo.

«Está teniendo mucha aceptación y viene gente de fuera de la villa. Hasta de la Cuenca tenemos clientes. Aunque en verano se vendió mucho, ya que cuanto más traíamos, más se pedía, ahora mismo tampoco nos podemos quejar», asegura Gutiérrez, que está convencido en que la creación de nuevas pescaderías en las pequeñas rulas asturianas, como es el caso de las de Tazones o Ribadesella, que ya tienen la intención de imitar el modelo candasín, funcionarán. «Por supuesto. Además allí hay mucho turismo», agrega.

Aunque se podría decir que la puesta en funcionamiento de este nuevo mecanismo de venta sirvió como experiencia piloto en la región, no cabe duda de que hoy, un año y medio después, los beneficios son evidentes, ya que ayuda a reactivar los puertos pequeños. De esta forma, «el marinero gana algo más de un duro con lo que pesca y no todo se lo lleva el pescadero», dice el patrón mayor de la Cofradía de Candás, ya que con esta práctica se pasa por alto a los intermediarios y compiten de forma directa con el comercio pequeño. Ello unido a que lo que «nosotros ofrecemos son las capturas del día», agrega Gutiérrez, que sale todos los días del puerto de Candás rumbo a alta mar a las cinco de la madrugada junto a su compañero Lolo Rodríguez.

En la actualidad, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente trabaja en una normativa que permitirá y regulará la venta de pescado a particulares en las lonjas españolas (teniendo en cuenta que no se pueden superar los 30 euros y los 3- 4 kilos por persona). Ello motivará, sin duda, que otras cofradías de pescadores de Asturias puedan seguir los pasos de la de Candás, al margen de las que ya están trabajando en ello.