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Oliva cum laude

Una más que destacada función del director de "Teatro Carbayín", Nati Fernández y Guillermo Suárez

Guillermo Suárez, Nati Fernández y José Ramón Oliva, en plena función. G. BENGOA

No hay comparación posible, porque el teatro de José Ramón Oliva juega en otra división, en otra liga distinta al resto de compañías que representan obras del costumbrismo asturiano. Y dicho con todo el respeto, ya que es admirable el trabajo, muchas veces sobresaliente, de los grupos que dedican esfuerzo y dedicación para levantar una obra costumbrista.

Pero Oliva sorprende y lleva años ganándose el título de representante del costumbrismo actualizado, original y de alta calidad. Este año ha ganado la excelencia. El grupo "Carbayín" que dirige Oliva estrenó en el XXIV Salón de Teatro Costumbrista Asturiano de Candás, que patrocina LA NUEVA ESPAÑA, la obra "Tú, yo? y el vecín", un trabajo redondo, ejemplar, brillantemente interpretado, ambientado y resuelto. Es la mejor obra de costumbrismo asturiano que he disfrutado desde el primer minuto y hasta el final.

Obra con sólo tres actores, pero inmensos cuya interpretación es difícil de superar con un texto que mezcla drama y humor, reflexión, ternura, nostalgia y realidad. Telva y Xuacu, interpretados por Nati Fernández y Guillermo Suárez, son un matrimonio a punto de separarse, algo impensable para la época y en un pueblo.

Cuentan con la visita diaria de Antón, el propio Oliva, un vecino que con toda la buena voluntad trata de evitar la situación obligándoles a que hablen. A lo largo de la obra recuerdan secuencias de su vida en pareja para analizar el motivo de sus enfados, discusiones, encuentros y desencuentros. El vecino Antón siempre está presente en cada uno de los momentos.

Los tres actores llegan a interpretar hasta doce personajes diferentes en varias escenas de recuerdos entre las que destaca el bautizo de su hija, una sesión de cine, el día de escuela cuando la pareja siendo niños se conocen o el momento en que Xuacu y Antón van al Juzgado a asentar a la hija y acaban inscribiendo el nombre equivocado..

Uno de los momentos más tiernos e inmensos de la obra es cuando Telva canta una nana a su hija, con letra y música del mismo Oliva. La escenografía es perfecta, la iluminación precisa, la música adecuada y al final apetece repetir para ver de nuevo la obra de "Carbayín" porque emociona.

El Salón cierra hoy con "Xana", de Perlora y la obra "El fantasma de Cabrales".

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