El Corpus Christi candasín también tuvo su polémica. Nada más acabar la procesión, un camión del Ayuntamiento recorrió las calles decoradas limpiando meses de trabajo en cuestión de minutos. Las quejas de los hosteleros porque no podían colocar sus terrazas motivó que las alfombras de la calle Valdés Pumarino fuesen eliminadas apenas habían pasado los niños de primera comunión. Esto indignó a parte de los vecinos y algunas señoras, bastón en mano, se colocaron delante del camión para impedir que continuase, lo que dejó una inédita estampa de calles decoradas a medias. "Es increíble que no lo dejen por lo menos durante unas horas. No se dan cuenta que se ha trabajado muchísimo para que hoy Candás luzca y están tirando un trabajo de meses a la basura. Sólo la gente que ha ido con la procesión ha podido verlo, las personas que quieran acercarse más tarde se encontraran las calles vacías", comentaba enfadada María Dolores Fernández.