En el colegio público San Bartolomé de Nava quieren que Fatma pueda seguir acudiendo cada día a la biblioteca de Bojador o que Hama pueda continuar siendo socia como hizo el mismo día que se inauguró. Los escolares navetos, apoyados por sus profesores y familias, están poniendo todo el empeño para que estos fondos bibliográficos saharauis puedan mantenerse funcionando un año más.
El curso pasado lograron colaborar con 1.300 euros en libros y éste se han propuesto que cada clase recaude 100 euros. Así que desde hace dos meses han estado trabajando para montar el domingo un mercadillo solidario con esta causa. Los alumnos de primero de Primaria Nayala Ordóñez, Julia la Fuente y Noel González Toyos mostraban ayer orgullosos las conchas que han pintado con divertidas formas. Los escolares de sexto también se han implicado. Mónica Álvarez enseñaba una caja llena de originales pinzas decoradas con flores, mientras que Etna Montes sujeta unos llamativos pompones de colores a los que se les pueden dar infinidad de usos como complemento de moda. Nerea Cristóbal colocaba en una caja alargada un gran surtido de marcapáginas, también realizados por ellos mismos.
El surtido se completa con unos divertidos y originales llaveros, con distintas formas y colores, que venderán a 2,5 euros. Con el mismo material han realizado las figuras de los imanes, que cuestan 1 euro y los colgantes, 3. También se han esmerado en cuidar la presentación. Héctor Solís, Marina Escobio, Hugo Marcos, Hugo Fernández y Noah Fernández, también de sexto, han realizado vistosas cajas decorativas. Todos están encantados porque creen que el esfuerzo merecerá la pena. Con su ayuda, los niños saharauis podrán disfrutar un año más de su biblioteca, que no es poco, para unos campamentos en los que pasan tantas necesidades.
"Con este proyecto aprenden solidaridad, geografía, costumbres...", resume Julia Rodríguez, jefa de estudios del colegio naveto, en el que han instalado también una jaima, donde hoy representarán la tradicional ceremonia del té. Los alumnos, además, acuden a ella para leer. "Aprovechamos para que conozcan su cultura. Ha habido una gran colaboración de padres, profesores, niños, equipo directivo... Ha sido una implicación muy de verdad porque cada uno ayudó con lo que pudo", destaca la jefa de estudios.
