Cristian Rodríguez Corripio estaba ayer encantado porque no le ha aumentado la graduación de la vista. Y sus padres, Sabino Rodríguez e Inés Corripio, más. Hace tiempo que a este chaval de 15 años, con síndrome de Down, le operaron de estrabismo y acude puntual a la revisión que anualmente la Fundación Fernández-Vega realiza en la sede de la asociación "Nora", en Pola de Siero. Trabajan en apoyo de personas con parálisis cerebral y discapacidad psíquica. Ayer tocó consulta.
"Nos parece fenomenal porque así tienes la seguridad de que una vez al año le revisan la vista", apuntó Inés Corripio. Además, "él contento porque viene al Nora, al oculista o al hospital, ya es otra cosa". Lo corrobora Eva Villota, oftalmóloga especialista en retina. "La ventaja es que es un sitio que conocen y lo asocian a algo agradable, conocen a los monitores y es más fácil aquí que en la clínica", destacó. Les realizan una exploración completa desde la graduación hasta el fondo de ojo. Es importante porque, sobre todo, quienes padecen síndrome de Down, "suelen ser miopes, tener cataratas precoces y estar bien graduados les permite una mejor interacción con el mundo", explicó la doctora.
Pilar Alonso acompañó a su prima Dolores Alonso, que tiene a su cargo. Hace unos años la operaron de cataratas y, al igual que el resto de las familias, está encantada con este servicio. Es uno de los muchos que se ofrecen en el centro, explica su presidenta, Amelia Alonso. Tienen unos 34 usuarios semanales y 270 socios. "Cubrimos todas las terapias: psicología, terapia ocupacional, logopedia, fisioterapia, asistencia social, informática", resalta. Imparten actividades como baile, kárate, cocina, informática y tienen un club de ocio. "El objetivo es conseguir la normalización y que las familias puedan acceder a estas terapias a un precio más reducido", apuntó. Están agradecidos al gobierno local porque a los 37.000 euros de ayuda del convenio suman ahora 6.000. Una de las necesidades es ampliar la sede porque les queda pequeña la sala de fisioterapia.
