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Cantera de programadores

"Queremos más ingenieras y menos princesas", señala la experta Celia Centeno en una clase de informática en el colegio San Félix

La ingeniera informática Celia Centeno da instrucciones a dos alumnas, ayer, en el aula de ordenadores del colegio San Félix. ILLÁN GARCÍA

El colegio San Félix de Candás es una cantera de programadores informáticos. Sus alumnos han participado en varias sesiones de "La hora del código", un movimiento internacional en el que han participado millones de estudiantes para promocionar los estudios de informática. Celia Centeno, ingeniera informática de la firma Typerson, fue la encargada de acercar a los pequeños de sexto curso los cambios en su disciplina a lo largo de la historia y también de impartir unas nociones básicas sobre programación. "Queremos más ingenieras y menos princesas", expresó Centeno, momentos antes de comenzar la segunda y última sesión en el colegio San Félix. Antes de que los pequeños se pusieran manos a la obra en la programación de un videojuego basado en "Angry birds". Explicó lo que es un algoritmo, que podría definirse a grosso modo como un conjunto de instrucciones, claves a la hora de programar.

Fue entonces cuando los pequeños comenzaron a "dar órdenes" a un pequeño pájaro -personaje de los "Angry birds"- para alcanzar a un cerdo. Enol Martínez y Enol de la Calle programan en pareja. A su lado, Pablo García y Hugo Barrio describen que el pájaro ha de sortear una serie de bloques de dinamita para llegar al lugar donde se halla el "gochín". "Tenemos que hacerlo girar y avanzar y sortear los obstáculos con el mínimo número de instrucciones", explica García, que pese a sus once años tiene claro que su futuro está en la informática. Hugo Barrio quiere ser cocinero.

A pocos metros de García y Barrio, las pequeñas Diana Rocha y Marta Fernández "tienen que resolver un laberinto" y confirman que la "informática es muy entretenida" y que alguna vez que otra ya se habían puesto delante del ordenador a programar.

Alba García y María Calvente están muy concentradas en su tarea. Les encanta el mundo de las pantallas y los ordenadores aunque, más en el caso de Calvente, tampoco le importaría dedicarse a la veterinaria. "Ya estudiamos robótica y me gusta mucho la informática", destaca García al tiempo que supera una de las pantallas que permiten al pájaro rojo de los "Angry birds" capturar al cerdo mediante un par de movimientos, uno de avanzar y otro de girar a la izquierda.

La ingeniera Celia Centeno insistió además que la informática está vinculada con las matemáticas y los idiomas y animó a los pequeños a seguir investigando sobre teclas, pantallas y microprocesadores y, en un futuro próximo, estudiar el bachillerato tecnológico para después ir a la Universidad o a una formación profesional y desarrollar aún más los conocimientos ad quiridos.

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